Obispado y Diputación: el acuerdo que no cuajó para el edificio de Bendicho

Mientras el Obispado de Almería continúa en la ardua búsqueda de maneras de rentabilizar su patrimonio inmobiliario, reducir sus gastos y generar los ingresos necesarios para hacer frente a la millonaria deuda de la Diócesis de Almería, son muchas las potenciales operaciones, pero pocas las que terminan llegando a buen puerto.

Por ahora, los éxitos inmobiliarios en esta etapa en la que la Comisión para la Viabilidad Económica de la Diócesis hace distintas propuestas de enajenación, son dos: la venta del Colegio Virgen de la Chanca a la Fundación de Educación Marianista Domingo Lázaro y el alquiler de diez plazas del garaje de la Casa Sacerdotal San Juan de Ávila al Hotel Catedral. Pero hubo, hace ya unos meses, posibilidad de un tercer acuerdo que habría permitido sanear aún más las maltrechas cuentas diocesanas.

El edificio de la Plaza de Bendicho

Si bien ha sido hace unas semanas cuando se ha anunciado pública y oficialmente la puesta a disposición en el mercado inmobiliario del edificio de oficinas propiedad de la Diócesis de Almería en la plaza de Bendicho, lo cierto es que este inmueble de tres pisos llevaba tiempo buscando quien lo quisiera.

Y, de hecho, llegaron a producirse conversaciones para que una institución almeriense se hiciera cargo del edificio por medio del alquiler: la Diputación Provincial de Almería.

El trabajo y el compromiso de la institución provincial con las necesidades de la Iglesia de Almería no es algo nuevo, precisamente: su ayuda económica ha permitido en los últimos años la restauración de numerosos templos de distintos puntos de la provincia que siguen siendo ahora un reclamo turístico y artístico gracias a la colaboración de la Diputación. En la capital, sin ir más lejos, este compromiso se materializó hace unos años con la instalación de un sistema de climatización y la mejora de la iluminación del Santuario de la Virgen del Mar, algo en lo que también colaboró económicamente el Ayuntamiento de la capital.

Así las cosas, las llaves del edificio episcopal de la plaza Bendicho podrían haber ido a parar a los bolsillos del ente provincial, a través de un alquiler que habría sido más que útil para ambas partes: la Diputación Provincial de Almería habría encontrado la solución a sus necesidades de espacio (especialmente, para ser utilizado como archivo) y la Diócesis de Almería habría encontrado un inquilino solvente con el que poder afrontar los compromisos bancarios que el Obispado tendrá que asumir durante un par de décadas.

Pero no pudo ser. Y no porque ambas instituciones no llegaran al entendimiento económico, sino porque los servicios técnicos de la Diputación Provincial de Almería no vieron viable llevar a cabo la operación inmobiliaria, si bien no han trascendido los detalles. 

Tal y como narran fuentes de la Diócesis de Almería, cabe tener en cuenta que el edificio está compuesto en su interior por pequeñas oficinas que, en su mayoría, no permiten reforma alguna por tratarse de muros de carga del propio edificio que dificultarían mucho la reforma y la ampliación de espacios, algo que al parecer habría sido necesario en caso de que la Diputación Provincial de Almería se hubiera hecho cargo del inmueble.

Los rumores

En este punto, es necesario aclarar que las conversaciones sobre el posible alquiler del edificio de la curia diocesana se produjeron antes de que llegara la Navidad de 2022, tal y como informan desde la Diócesis de Almería.

¿Por qué esto es importante? Porque, en este caso, la cronología de los hechos es clave para desmentir ciertos rumores que apuntan a que no se habría llegado a un acuerdo debido a aquella polémica surgida por la presencia del obispo emérito en la bendición del belén provincial, algo que supuestamente no habría sentado bien en el núcleo del Obispado de Almería y que desde Diputación se habría explicado con su lícito derecho de invitar a quien se desee a los actos que se celebran en su caso. Todo ello, supuestamente: una vez más y como suele pasar en estos casos, la polémica levantó más polvareda y ruido fuera de la escena que entre las partes implicadas.

Así las cosas, cabe subrayar que las conversaciones sobre el potencial alquiler del edificio de la plaza de Bendicho se produjeron antes de aquel momento, por lo que no habría lugar a polémicas de ningún tipo: las relaciones entre ambas instituciones permanecen intactas y siguen siendo buenas. El alquiler de Bendicho no cuajó, por motivos meramente técnicos.

Se sigue buscando interesado que alquile (o compre) un edificio en el corazón del Caco Histórico y con vistas a la Catedral.