“La Misión del Cristo de la Escucha ha reactivado la vida parroquial de Almería”

Después de casi un año de ruta por toda Almería, este será el primer sábado que Juan José Martín Campos tendrá un hueco en su agenda: el Cristo de la Escucha ha terminado la Misión que le ha llevado a todas las parroquias y templos de la capital.

Mientras se cocina el programa de actos con el que la Iglesia celebrará el quinto centenario de la colocación de la primera piedra de la Catedral de Almería, a las puertas de todo un Año Santo concedido por el Papa Francisco a esta ciudad, hacemos balance con el deán de la Catedral de la Misión del Cristo de la Escucha:

- Tras un año lleno de traslados y cargado de actividades en las parroquias alrededor del Cristo de la Escucha, ¿qué balance hace de la Misión?

El balance del año ha sido muy muy positivo. Es verdad que cuando se analizan las cosas a posteriori faltan cosas, se podría haber aprovechado más, se podría haber sacado más fruto. Pero, en general, ha sido un momento de recuperación para muchas parroquias de la vida normal. De que los grupos parroquiales vuelvan a encontrarse, y la excusa era que había venido el Cristo de la Escucha. La presencia del Cristo ha permitido volver a crear ese ambiente parroquial. Ha reactivado la vida parroquial. 

Otra cosa muy interesante es que se ha redescubierto por parte de muchos la figura del Cristo de la Escucha, que forma parte de la identidad de Almería pero estaba adormilada. Lo conocemos todos, forma parte de nuestro ADN, pero estábamos tan acostumbrados a respirar que, cuando nos damos cuenta de que podemos respirar, nos sorprende. Ha sido redescubrir una figura que no nos dábamos cuenta de lo que suponía. No es una imagen más de una cofradía más, es otra cosa.

- Alguno habrá que haya conocido al Cristo así...

Sí, el ritmo de los viacrucis ha bajado, porque se hace en todas las parroquias y hay cofradías con sus cultos... Todo eso hace que se disperse un poco la gente, y el de las 5 de la mañana del Viernes Santo también había bajado con el propio descenso de la practica religiosa de Almería, y para mí sí ha servido para que mucha gente lo redescubra y otra gente lo descubra.

Y ha impactado mucho ver al  Cristo de la Escucha por calles y barrios, que haya recorrido toda la ciudad. Eso es especialmente sorprendente. Subir a una parroquia, ir a otra, cruzar las vías, la Rambla, subir al Quemadero, andar por la zona de la Avenida del Mediterráneo, la Almería nueva... Todo eso ha sido muy muy emocionante.

- Y más allá de la organización de cada parroquia para que el Cristo nunca fuera solo, hay un grupo de fieles que han ido a todos los traslados.

Hay gente que ha estado en todos. Pero no solo en los traslados: luego en las estancias del Cristo en las iglesias siempre había gente para estar con Él. Primero, los miembros de la hermandad, pero también gente de las parroquias, solo para estar con el Cristo. El noviciado de las Siervas de los Pobres pidieron que estuviera con ellas 24 horas y estuvieron como si fuera una Adoración al Santísimo, 24 horas para que no estuviera solo. Ese ambiente ha estado en general en todas las parroquias, además del ritmo de conferencias, de toda la dimensión religiosa, formativa y cultural que ha sido muy hermosa.

- Y ahora toca recoger los frutos... ¿Cuáles se esperan? ¿Que los viacrucis de Cuaresma tengan más afluencia de gente? ¿Qué puede pasar después de la Misión del Cristo de la Escucha?

Hay un fruto innegable: la figura del Cristo ha recuperado papel dentro de la vida religiosa de la ciudad. Pero, más que aumentar la devoción al Cristo de la Escucha, que también, el fruto que se pretendía era precisamente que la ciudad tomase conciencia de que somos parte de una Iglesia diocesana que en la Catedral tiene el punto de unión, el nexo de unión, la Iglesia Madre. Por ser el Cristo de la Catedral, el que nunca ha salido de ahí... Ha servido para tomar conciencia de esa identidad en la comunión diocesana y ese es el mayor fruto como preparación para el quinto centenario de la colocación de la primera piedra de la Catedral. Somos parte de la Iglesia de Almería, presidida por nuestro obispo y el Cristo de la catedral aúna esa identidad por encima de particularidades parroquiales.

- De cara a 2024, el Año Santo... ¿Qué se puede ir contando ya?

El Cabildo Catedral ha preparado un programa amplísimo para el año que viene. De lo que se puede apuntar ya, hay una dimensión celebrativa, con la concesión del Año Santo por parte del Papa Francisco, para ganar la indulgencia, apertura, clausura.... Junto a eso, el Año Jubilar de la Catedral pretende tener una dimensión cultural dentro de nuestra 'pobreza' y preparamos exposiciones, conferencias, visitas... Para profundizar en todo lo que la Catedral supone culturalmente. Va a tener también una dimensión festiva, con una serie de conciertos, representaciones, que intentarán ser lo más variadas también dentro de un Año Santo de una Catedral. Y tendrá también una dimensión de crecimiento en la comunión que es lo que se pretende en el Año Santo: que celebremos que somos parte de una gran familia. Y luego una rememoración, un recordatorio de lo que ha supuesto el edificio más emblemático de la ciudad junto a la Alcazaba: cómo se creó, como se ha ido conservando...