Un cura paraliza las elecciones de la Cena porque el candidato “no va a misa”

Más allá del bloqueo de la Agrupación de Hermandades vivido tras el empate entre los dos candidatos, la Semana Santa de Almería está viviendo otro bloqueo a causa de un nuevo proceso electoral interrumpido: ahora es la Hermandad de la Santa Cena la que se ha visto obligada a suspender su cabildo de elecciones, convocado originalmente para el pasado sábado, 8 de julio.

Tal y como anunciaba la propia corporación con sede en San Pedro, el proceso electoral queda paralizado por un llamativo motivo: "Debido a que nuestro consiliario, don Juan Antonio Moya Sánchez no ha tenido a bien aprobar la única candidatura presentada en el plazo estipulado en la convocatoria de elecciones, la Hermandad se ve abocada a suspender sine die el cabildo de elecciones".

La situación es la siguiente: el actual hermano mayor, Rafael Sánchez, terminaba su segundo mandato al frente de la cofradía del Domingo de Ramos. De esta forma, se cerraba un ciclo, al no poder presentarse Sánchez de nuevo a la reelección, y la hermandad trabajó en la construcción de una junta continuista, liderada por un reconocido cofrade almeriense y compuesta por una mezcla de hermanos experimentados y un amplio grupo de jóvenes de la Santa Cena. Pero a Juan Antonio Moya no le convenció la candidatura: el párroco de San Pedro y consiliario de la cofradía, cuya luz verde es necesario para que la candidatura se formalice, ha negado su visto bueno al candidato, paralizando así el proceso electoral.

En declaraciones a LA VOZ, el propio Moya explica que el principal motivo para no dar luz verde a la candidatura es que "no cumplen o al menos, no me demostraron que cumplían, la normativa diocesana". En concreto, el párroco de San Pedro alude al "artículo 21 de la nueva normativa emitida por Mons. Gómez Cantero".

En dicho artículo, las normas diocesanas establecen que "No podrán ser Hermanos mayores ni miembros de la Junta de gobierno aquellos fieles cristianos que no hayan completado la iniciación cristiana, ni tampoco quienes desempeñan cargos de dirección en partidos políticos o centrales sindicales, como se señala para los que formen parte de organismos directivos de las asociaciones públicas de fieles". Sin embargo, el candidato a hermano mayor (ni sus acompañantes de junta) dirigen partido político alguno. Así las cosas, es en ese difuso "completado la iniciación cristiana" donde estaría el supuesto problema.

¿Qué ha pasado?

Para la Hermandad de la Santa Cena, la situación actual es esta: "la Junta de Gobierno actual en funciones, pendiente de convocar nuevamente a nuestros hermanos para la celebración del mismo", explican en el comunicado. De esta forma, aseguran la viabilidad de una corporación que, en los últimos tiempos, ha logrado avanzar en sus principales proyectos, tanto patrimoniales como de crecimiento en lo humano.

Así, la gran incógnita que se plantea sobre lo sucedido es, precisamente, qué ha podido pasar para que la Santa Cena no pueda celebrar un proceso electoral normal. Y aquí hay que diferenciar entre hechos más que contrastados y la rumorología habitual en el mundo cofrade y en las sacristías.

Según la candidatura fallida, el principal motivo expuesto por Juan Antonio Moya para frenar las elecciones sería que el candidato "no va a misa". De hecho, el cofrade en cuestión habría intentado avalar su candidatura llevándole a Moya un certificado de vida cristiana ejemplar firmado por el párroco de Jesucristo Redentor, parroquia a la que pertenece quien intentó ser candidato. Pero no sirvió de nada.

Según Moya, "una Hermandad Eucarística debe ser ejemplar" y, además, señala que "en los años que llevo aquí no he conseguido hacer ni una charla de formación con ellos".

Hasta aquí, lo que se sabe de lo que ha pasado. Pero, además, los mentideros cofrades señalan posibles motivos por los que se habría llegado a la situación de bloqueo electoral. Rumorología, en cualquier caso. La situación, así las cosas, queda en punto muerto; el hermano mayor de la Santa Cena sigue, por ahora, en funciones, a la espera de una nueva convocatoria de elecciones (quién sabe dentro de cuánto tiempo), hasta que el candidato sea del gusto del párroco de San Pedro.