Así es la primera pintura de García Ibáñez para el ‘nuevo’ Saliente

Se trata de un óleo que homenajea al beato Juan Ibáñez

Fragmento de la obra de García Ibáñez.
Fragmento de la obra de García Ibáñez.
Álvaro Hernández
21:22 • 05 nov. 2023

El almeriense Andrés García Ibáñez se encuentra en pleno proceso de creación de la que será su particular Capilla Sixtina: el artista es el encargado de realizar una veintena de pinturas que ornamentarán el Santuario Diocesano del Saliente. Para ello, García Ibáñez ha trabajado en un programa basado (en parte) en el Apocalipsis que fue aprobado tanto por Adolfo González Montes como por Antonio Gómez Cantero y que, sin lugar a dudas, dará que hablar una vez que vea la luz de forma definitiva.



Ahora, el santuario dirigido por el sacerdote Antonio Jesús María Saldaña da a conocer una de esas veinte pinturas: un óleo sobre lienzo de casi 3 metros de largo por más de un metro y medio de ancho dedicado al beato Juan Ibáñez.



"Con gran viveza de color y extraordinario dinamismo, la austeridad de los ropajes de los dos personajes representados contrasta con el virtuosismo del olivo que los cobija y la luminosidad del paisaje mostrado", describen desde el Santuario del Saliente.



La obra, que fue creada a lo largo de cinco intensos días de trabajo del pasado mes de agosto, tiene una emotiva historia detrás. Más allá de representar al beato Juan Ibáñez, beatificado por el papa Francisco en 2017, y que fuera capellán del propio Santuario durante un cuarto de siglo, la escena que recoge el óleo rememora una historia de la que se ha tenido conocimiento hace poco. 



Sobre la escena mostrada por en el óleo, el rector, don Antonio Jesús María Saldaña Martínez, confiesa: "Estábamos dilucidando cómo representar a nuestro querido Beato cuando, sin esperarlo, una anciana vino espontáneamente a ofrecernos el emocionado testimonio legado por su padre. Según nos dijo, el beato Juan Ibáñez visitó el paraje de la Aljambra donde transcurrió la infancia de su progenitor. Al percatarse de su analfabetismo, el beato Juan se propuso educarlo. Resguardado por la sombra de un olivo, y sabedor de su miseria, declinó el uso de cuadernos. Sobre la misma tierra, y con la ayuda de un palo, le fue instruyendo en el abecedario y la composición de las palabras. La bondad de su maestro, así como la fortaleza de su posterior martirio en 1936, marcaron al pequeño y no lo olvidó nunca. Según su hija, hasta su muerte siguió venerándolo".






Cómo van las obras



Este óleo, que irá enmarcado en un retablo de madera de iroko diseñado también por Andrés García Ibáñez, protagonizará el ábside lateral de la nave de la epístola. Bajo el mismo, se custodiará una reliquia del beato Juan Ibáñez en un pequeño altar de piedra. Encima, sobre la misma techumbre, el artista ha pintado el capítulo séptimo del Apocalipsis; que habla de las vestiduras blancas que recibirán los mártires por su fidelidad a Jesucristo.


Forma parte de la apabullante veintena de creaciones, ya sea en lienzos o en frescos, que Andrés García Ibáñez está disponiendo para la nueva ornamentación del inacabado proyecto que concibiera el obispo don Claudio Sanz y Torres en 1764. Máxima expresión de su genialidad, con una iconografía centrada en el Apocalipsis que explica la iconografía de la Pequeñica, y en la que lleva trabajando desde 2019.


En el momento actual, los obreros – bajo la dirección del arquitecto don Francisco Carrasco Pérez – se afanan en la nueva solería del templo, cuyos materiales han sido donados por el Grupo Cosentino. Un trabajo titánico, que dentro de poco cumplirá su primer año desde el inicio de las obras, que tiene su meta en el Jubileo de 2025. Un esfuerzo por poner a punto la “capilla sixtina almeriense”.


Sobre el beato

Este sacerdote mártir, que introdujo en movimiento scout en Almería y figura señera del sindicalismo católico, trabajó mucho durante el primer intento de la coronación canónica de la imagen de la Pequeñica. Además, durante la terrible sequía de 1928, promovió unas fructíferas rogativas al Santuario, que le hicieron merecedor del agradecimiento del obispo de entonces, fray Bernardo Martínez Noval.


Como curiosidad, esta es la tercera representación que Andrés García Ibáñez hace de este Beato con el que comparte apellido. En sus inicios artísticos, hacia el año 1996, lo retrató por primera vez en la Iglesia Parroquial de santa María Magdalena de los Molinos. Más tarde, en 2019, realizó un soberbio óleo colocado – precisamente – sobre su sepulcro en la capilla de la Resurrección de la Iglesia Parroquial de la Concepción de la Loma de san Francisco. Y, ahora, esta última representación igualmente maravillosa.


Temas relacionados

para ti

en destaque