Jesús Rico atiende el teléfono entre idas y venidas, en su coche, mientras va de un lado para otro. Ejerce de diácono en las dispersas parroquias de Fernán Pérez, Campohermoso, Las Negras, Pueblo Blanco, Rodalquilar... Y a eso hay que sumarle los preparativos (y los nervios) propios de recibir un sacramento nuevo, uno que determinará el resto de su vida: va a ser ordenado sacerdote este sábado en la Catedral de Almería.
"Antes de dar este paso, yo tenía una vida muy normalita", confiesa el propio Rico, que va a ordenarse sacerdote a los 37 años. "Trabajaba, estudiaba y fui voluntario con usuarios con discapacidad intelectual y diversidad funcional", rememora. Fue eso lo que le cambió la vida. Lo que le hizo sentir esa llamada que para cada cura se produce de una forma diferente. "En esos usuarios me encontré con un Cristo vivo, el mismo que me predicaban en el Evangelio, que me sale al encuentro en estas personas", explica quien desde este sábado será cura de la Diócesis de Almería.
A partir de ahí, empezó el (largo) camino que desemboca en ese acto de entrega que es ordenarse sacerdote. "Tenía inquietudes y me puse en manos de un sacerdote que me ayudase en un proceso de discernimiento de varios años, no fue un arrebato", explica Rico, quien tiene clarísima su función, su labor, su razón de ser cura: "Es una llamada al servicio, no me ordeno ni para mí, ni para que mi familia esté contenta; me ordenan para estar al servicio de la Iglesia, de los demás", sentencia.
Así las cosas, Jesús Rico, que estudiaba entonces Historia del Arte en la UNED, pegó un frenazo. "Lo dejé todo y entré a formar parte del Seminario de Almería", cuenta a solo unas horas de pasar a ser cura.
Tras vivir la última etapa de su formación en el seminario de la Diócesis de Cartagena (experiencia que define como "muy buena"), Rico tiene palabras de cariño ahora para un grupo de personas que le han acompañado especialmente en este camino: "Mi mentor, Ramón Carlos Rodríguez; Francisco Salazar Zamora, las madres capuchinas de Chauchinas, mis madres espirituales y las Hermanas de la Cruz, Antonio Manuel Hernández...".
Falta de vocaciones
Rico dará su primera misa en su parroquia, la iglesia de Santa Teresa. Y con él se da una curiosa coincidencia: si Manuel Piedra era, hace tan solo unos meses, el primer sacerdote que daba la iglesia de El Alquián, Rico es el primer cura que da la parroquia de Santa Teresa. Todo, tras tres años sin nuevos curas en Almería.
A pesar de esa 'sequía', Rico se mantiene optimista. "La falta de vocación la veo con esperanza, porque ningún tiempo ha sido fácil para la Iglesia y Almería siempre ha sido una Diócesis pequeña y de poco clero", explica. "No hemos llegado a cifras tan escasas como la de los últimos años, pero es un trabajo de dos manos que tienen que remar juntas: lo que Dios pide y lo que tú en libertad le des. No somos tantos como querríamos para atender la Diócesis, pero toca vendarse los ojos y confiar en Dios. Él procurará que nunca falta gente", confía el joven sacerdote.
Reacciones
En pleno 2023 y en una sociedad cada vez más alejada de la Iglesia, aún suena chocante que un joven dé el paso de pasar a ser cura. A pesar de ello, "las reacciones fueron mayoritariamente positivas", explica Rico, que recuerda con algo de humor que "a mi madre le costó un poco más asumirlo como madre que es, porque ve cómo la Iglesia está siempre en el punto de mira, que es una institución que no en todos los ámbitos sociales es bien recibida... Pero le duró poco y ahora es feliz", cuenta Rico.
A partir de este sábado, Jesús Rico será sacerdote. "Será el primer día de una historia de entrega, de servicio y de construir", vaticina.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/284/el-contador-cofrade/267015/de-trabajar-con-discapacitados-a-ser-sacerdote-almeria-tendra-un-nuevo-cura