Más allá de las inclemencias meteorológicas que terminaron marcando la jornada (Pasión dándose la vuelta para suspender su estación de penitencia y el Gran Poder refugiándose a eso de las once de la noche en Santa Teresa, precisamente), el Lunes Santo de 2024 quedará grabado en la historia de las cofradías de Almería por ser la primera vez que el Señor del Gran Poder salía con música.
Con motivo del XXX aniversario de la hermandad con sede en El Zapillo, la junta de gobierno tomó una decisión que tuvo que ser refrendada más tarde en una asamblea extraordinaria: el Señor del Gran Poder iría acompañado, durante la carrera oficial, por la Banda de Cornetas y Tambores Santa Cruz de Almería.
Con esta decisión inédita, la hermandad corría un riesgo. Han sido muchos los años de pedagogía los necesarios para que el público almeriense comprendiera que la del Gran Poder es una cofradía de silencio, en la que no se aplauden las levantás de los costaleros y ante la que se guarda un sepulcral y respetuoso silencio. El ambiente de las marchas podría haber tirado a la basura tanto esfuerzo. Y, sin embargo, ocurrió justo lo contrario.
La carrera oficial
A lo largo y ancho de la carrera oficial, Santa Cruz interpretó nueve marchas que pasarán a la historia de la Hermandad del Gran Poder: Señor de Sevilla, El desprecio de Herodes, Requiem, Y tú Estrella, El hijo de Dios, Historias de Judea, Poder de Dios, Y se hizo el Silencio y Ave María.
Más allá de esta primera cruceta en treinta años, la cuestión es que marcó un antes y un después. Primero, porque el resultado gustó (y mucho) tanto a cofrades como a espectadores más alejados del mundo capillita. Y eso ya es mucho.
Pero es que, además, el público entendió a la perfección la situación. A pesar de la música (y del temor anteriormente citado), no hubo aplausos y el silencio fue otro sonido aplastante. Cabe destacar muy especialmente el momento vivido en la Plaza de la Catedral, con miles de personas congregadas ante la fachada de la cinco veces centenaria. En absoluto silencio. Con un recogimiento que estremecía. Y con una banda sonora puesta por Santa Cruz, una banda que también estuvo a la altura de las circunstancias, con todo el respeto, la compostura y el silencio que exigía el día.
¿Y ahora qué?
Desde la Hermandad del Gran Poder se recalcó en todo momento que esta era una ocasión única y extraordinaria. Que no nacía con la intención de continuar. Pero... ¿Y si ha gustado mucho?
Los próximos meses serán determinantes para saber si en el seno de la propia hermandad hay voces a favor (y en contra) de que el Gran Poder lleve música. Sería, en todo caso, una decisión que dependerá única y exclusivamente de los hermanos. Pero, desde luego, en caso de inclinarse la balanza a favor de la música, la decisión caería muy bien en la Almería cofrade (y la no cofrade). Y sería recibida desde el respeto y con silencio en las sillas. Almería lo demostró ayer: la duda no era 'música o silencio', porque la respuesta de Almería fue 'música y silencio'.
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