El niño pintor de El Zapillo que le contará al mundo cómo es la Semana Santa

Con solo 35 años ha alcanzado una madurez artística que le ha permitido cumplir no pocos sueños. El primero de ellos, hacer del arte una profesión. El último en cristalizar tiene como escenario Almería. Con un rostro bastante parecido al de aquel niño que se crio El Zapillo, Pablo Cortés del Pueblo afronta el reto de anunciar la Semana Santa de la ciudad con sus pinceles, algo que no le es nada ajeno después de hacer el cartel de la Semana Santa de Málaga de 2023.

Con un estilo muy marcado, una trayectoria que ya ha tocado las principales devociones malagueñas (y también de Almería) y un currículum que le convierte en lo más parecido que veremos a un hombre del Renacimiento (pinta, diseña y compone), Cortés del Pueblo está a poco más de tres meses de enseñarle al mundo cómo ve nuestras cofradías.

¿Contento después de ser elegido cartelista de la Semana Santa de 2025?

Muy contento. Muy feliz. No me esperaba que fuera a tener la acogida que ha tenido, la verdad.

Después de la alegría, toca afrontar el encargo. ¿Mucha responsabilidad?

Y más ahora que uno es más consciente de cómo funcionan los carteles oficiales... Cuando me llamaron para el de Málaga me pilló en otro momento y me hizo mucha ilusión, así que los tres meses de trabajo los pasé muy feliz, muy contento. Fue en el último tramo, antes de la presentación, cuando me entró la congoja, y la semana de la presentación me puse malísimo. Ahora estoy malo desde el primer momento. 

¿Cuál es el proceso para hacer un cartel como este? 

Lo primero es saber qué voy a contar en el cartel. Antes que pensar si sale una imagen u otra... Ahora mismo no me interesan las imágenes que voy a sacar, me interesa saber qué voy a contar en el cartel.

Y, a priori, ¿qué te gustaría contar con este cartel?

Voy a aprovechar las conversaciones que he tenido mil millones de veces con un montón de gente de fuera hablándoles de Almería, de que tiene una Semana Santa muy interesante (con sus limitaciones, pero que ha pegado el estirón en los últimos años), con tradiciones asentadas en la ciudad, muy auténticas...

Un cartel tiene que ser una obra publicitaria que anuncie la Semana Santa, que despierte el interés de la gente por ir a conocerla y que a los almerienses les despierte la llamita de orgullo, de disfrutar lo nuestro... 

¿Cómo se consigue eso? Es un reto...

Es importante que a los de fuera les parezca interesante y atractiva no por cosas superficiales, sin por la verdad que hay dentro de la Semana Santa, la gente que hay detrás empujando para que todo salga; y que los almerienses se sientan orgullosos de lo que tienen en casa. Hay que buscar la manera de contar eso. Una vez que das con la historia que quieres contar, todo sale más fácil. Y es importante que todos los cofrades se sientan identificados.

Me ha llamado mucho la atención y me ha parecido muy interesante que la Agrupación me haya mandado una lista con los carteles que han editado, un listado de cofradías que han salido, el titular que ha salido, las que no han salido aún, las efemérides que se celebran en 2025, para ayudarte a tener información ahí. 

¿De dónde viene tu faceta artística?

Nace desde que era chico... Pintaba acuarelas o hacía dibujillos con lápices. En mi tiempo libre uno de mis hobbies era pintar. Era una forma de desfogar, de desconectar del mundo, pero jamás pensé que pudiera dedicarme a eso, jamás pensé que fuera una vocación. Con el tiempo y su buen trabajo terapéutico vi que si, que era una vocación que estaba empujando sin ser consciente. Y de momento está yendo la cosa muy bien.

¿Qué te dice la gente de fuera sobre nuestra Semana Santa? 

Que es muy nueva. No termina de ser una Semana Santa muy conocida. Saben que va empujando, poco a poco, más fuerte. Que hay cosas muy interesantes... Pero no la conocen mucho, igual que Almería en sí es la gran desconocida de Andalucía. Llevas a gente de Málaga a Almería, les haces una ruta y se nota que te lo tiene que enseñar alguien que lo conozca. En el casco histórico tienes 20.000 cosas que ofrecer, las propias cofradías tienen su historia, aunque sean nuevas o no tengan siglos de historia pero lo poco que hay es una historia muy peculiar... 

¿Qué te queda por hacer? ¿Cuál sería tu último deseo?

Si puedo pedir un último deseo es seguir pintando... Morirme de viejo pintando. No tengo grandes aspiraciones... Cuando pinté el de Málaga, me preguntaban qué quería y tenía claro que quería hacer el de Almería. Obviamente me encantaría Sevilla, Cádiz... Pero lo que me movió Málaga lo quería vivir en Almería y tendrá un puntito más especial. De hecho, ya lo estoy viviendo. Ayer, mis amigos de toda la vida me escribían para felicitarme... Es nuestra casa, es nuestra ciudad. Ahora, ¿qué me gustaría? Hay millones de  cosas que pintar. Pero, simplemente, quiero morir pintando.

¿Cuál es estado de salud de los carteles? Se presentan en enero para que vayan a FITUR y para Cuaresma parece que ya están más que olvidados...

Las Agrupaciones tienen que trabajar para revivirlos. Me parece genial que se presenten en enero para llevarlos a FITUR, pero cuando llegue Cuaresma tienes que hacer mucho ruido con ese cartel porque es la imagen de la Semana Santa.

Lo que no creo es que estén a punto de morir como formato, porque ahora mismo la Semana Santa se está convirtiendo en una industria muy potente, nos mueve todo el año, a los cofrades y a los no cofrades.. Ha vuelto a ser activísima en las ciudades y de la vida cotidiana. Un cartel, o un pregón, que son cosas como muy antiguas, mantienen el espíritu, mueven a la gente a preguntarse quién será este año, si gusta, si no gusta...

El cartel en su estricto sentido no es necesario porque sabemos cuándo es la Semana Santa y cómo es la Semana Santa en cuestión, pero también es una forma de crear una imagen de marca, o puede ser una manera de identificarse, cómo se ve desde fuera una Semana Santa...