Ni está, ni se le espera: ¡Llevad a la auténtica Virgen del Mar a Torregarcía!

Opinión sobre la Romería a Torregarcía

La copia de la Virgen del Mar, junto a la churrería y el puesto de vinos.
La copia de la Virgen del Mar, junto a la churrería y el puesto de vinos. La Voz
Álvaro Hernández
18:13 • 12 ene. 2025

El cambio de vara al mando de la Hermandad de la Virgen del Mar, patrona de Almería, trae algo de aire de ilusión al entorno de la más antigua cofradía almeriense. Jorge Juan Fernández Compán acaba de aterrizar en el puesto de hermano mayor y, más pronto que tarde, la corporación de la patrona podría vivir cambios relevantes en su día a día y, sobre todo, en su forma de hacer las cosas. Y algo que necesita cambios es, sin duda, la Romería a Torregarcía



Puede haber muchas y muy distintas fórmulas para que el segundo domingo del mes de enero viva un nuevo impulso y se revitalice como lo que debería ser: una verdadera romería que aúne la convivencia en un entorno idílico mirando al pasado con un torreón que no esté en ruinas y con la Virgen del Mar como centro de todas las cosas (más allá de ambigús y mercadillos a la orilla de la playa).



Y quizás uno de los pilares fundamentales de este problema es ese: que la Virgen del Mar no es el centro de todas las cosas en la Romería, simplemente porque la Virgen del Mar no está. Ni está, ni se le espera. 



La imagen vicaria



A Torregarcía es llevada, cada año, una imagen vicaria de la Virgen del Mar. Una copia cuyas referencias en internet son prácticamente inexistentes. Mientras que en la web de la Hermandad de la Virgen del Mar se cuenta con todo lujo de detalles de quiénes son los diseños del trono, la peana o el origen de los mantos de la patrona de Almería, apenas hay tres referencias sobre la copia que va cada año a Torregarcía (y en ningún caso se habla de la fecha de su hechura o de las manos que la realizaron).



Sin ocultarlo al cien por cien, pero sin gritarlo a los cuatro vientos precisamente, la Hermandad de la Virgen del Mar y los dominicos de Almería repiten cada año una suerte de representación teatral (porque 'paripé' es un término demasiado duro y estas líneas no buscan ofender, sino proponer): llevan a la vicaria, le celebran una misa presidida por el obispo, es celebrada su llegada a Torregarcía y su regreso al Santuario...



Todo, mientras la auténtica Virgen del Mar, la patrona de Almería, permanece semioculta en su camarín, a la espera de la normalidad (cabe preguntarse, de hecho, hasta qué punto es incluso una falta de respeto todos los años que la Virgen del Mar ha permanecido oculta tras un cuadro para no perder la 'magia' con dos imágenes al mismo tiempo). 



El oscurantismo siempre ha rodeado todo lo relativo a la copia de la Virgen del Mar, y (aunque alguien lo sabrá), se desconoce quién es su autor, cuándo se hizo ni qué pinta una copia (y no buena) de la patrona de Almería (o dónde está el resto del año, desde luego sin recibir culto alguno).


¿Y si la llevamos?

Y aquí el dilema-debate de siempre. ¿Y si llevamos a la auténtica Virgen del Mar a Torregarcía? La respuesta de siempre desde los cauces oficiales es una excusa de las malas, de esas que se desmonta mirando solo un poco más allá del horizonte de nuestro día a día: que la Virgen del Mar es Bien de Interés Cultural (BIC), que la Romería es en una playa, que la imagen corre peligro, que no dejan mover la imagen de donde está (salvo para su procesión, única fecha en la que sale la patrona de Almería realmente)...


Claro, debe ser que otras romerías sí son compatibles con otras imágenes de igual o mayor antigüedad que la de nuestra patrona. Y podemos ir, como referencia, a la principal devoción de cuantas existen en Andalucía: la Virgen del Rocío, en un entorno de arena y polvo, sale cada Lunes de Pentecostés y no hay impedimento legal, ni cultural para ello (más bien todo lo contrario). Con ese precedente en la mano, todo lo que se diga sobre la negativa de llevar a la Virgen del Mar a Torregarcía es, simple y llanamente, una excusa.


¿Y para qué? Para qué llevar a la auténtica Virgen del Mar a Torregarcía cuando, a día de hoy, se hace con la vicaria y, de hecho, es casi una tradición hacerlo así (no consta precedente de traslado de la auténtica a Torregarcía).


Sin embargo, hay dos razones de peso para llevar a la patrona de Almería al lugar en el que apareció hace 522 años: primero, dotar de verdad a una romería que, a día de hoy, consiste más bien en una jornada de convivencia en el lugar al que arribó la talla original llevando para ello una representación de la misma, una copia, que 'vista' el acto de religiosidad aunque la imagen no reciba culto en todo el año y permanezca escondida.


Por otra parte, ir con la auténtica patrona de Almería sería, posiblemente, un revulsivo como pocos, logrando movilizar a devotos y fieles que, a día de hoy, se niegan a acudir, presenciar y participar de un paripé que consiste en celebrar un cumpleaños sin la presencia de la cumpleañera. Quizás sea lo que falta para que Almería vuelva, en masa, a Torregarcía. ¡Llevad a la auténtica Virgen del Mar a Torregarcía!


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