El 2020 será recordado, para la posteridad, como el año en el que las sociedades modernas se detuvieron para hacer frente a una pandemia con la que nadie contaba. El COVID-19 ha generado un Estado de Alarma en el que España sigue inmersa y que ha atacado gravemente la salud de sus ciudadanos, así como la economía y principales actividades.
Estas sociedades se han mentalizado para permanecer en sus casas con el objetivo de no saturar la sanidad y, sobre todo, de proteger a aquellas personas más vulnerables. En el caso de las residencias y centros de mayores, llenas de usuarios de este perfil, el virus ha atacado con violencia, generando una alarma que, afortunadamente, ya va disminuyendo a medida que la desescalada avanza y la fuerza del COVID-19 va amainando.
De hecho, los datos no mienten: España cuenta con casi 5.500 residencias de ancianos en las que se han producido casi 18.000 fallecimientos, la mayoría en Madrid, Cataluña, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Un drama que, afortunadamente, parece estar llegando a su fin.
Seguridad
Con estos datos, Sanidad empezó a repartir tests rápidos por las autonomías para que las residencias pudieran garantizar la seguridad a sus usuarios, y no solo esto, sino que los propios centros han hecho un gran hincapié en las medidas sanitarias.
Gracias a ello, y salvo tristes excepciones, la mayor parte de las residencias de la provincia de Almería se han mantenido libres del virus, haciendo así que sus usuarios estuvieran seguros en sus dependencias.
Esto se ha conseguido gracias al esfuerzo de todos los profesionales que componen estos centros de mayores. Cerrar las zonas comunes, establecer un régimen de horarios y aislar a aquellos usuarios que presentasen cualquier síntoma de coronavirus han sido algunas de las medidas llevadas a cabo en las residencias almerienses por el personal que las compone, que ha demostrado sus conocimientos y valor en esta situación tan atípica como grave.
Caso de Andalucía
Dentro de estos malos datos, Andalucía se ha mantenido estable, y Almería, más concretamente, ha logrado ser una de las provincias españolas con menos casos por habitante. Esto ha hecho que los almerienses hayan podido pasar sin problema a la fase 1 de la desescalada, logrando retomar su día a día poco a poco, aunque todavía quedan muchos pasos por dar.
Es tarea de todos seguir actuando con responsabilidad, siguiendo las medidas dictadas por el Gobierno y haciendo caso a las autoridades sanitarias para que el virus no experimente un repunte y se pierda todo el camino andado hasta la fecha.
Ante esto, los almerienses están siendo ejemplares y, salvo algún caso excepcional, están mostrando civismo y cordura en su vuelta a diferentes actividades.
Entre estos sectores que están siendo un ejemplo se encuentran las residencias y centros de mayores de la provincia de Almería, completamente concienciadas con el tema, sabedores, sus profesionales, de que no pueden poner en riesgo a sus usuarios.
Son momentos difíciles en los que la profesionalidad ha emergido para salvaguardar la salud de quienes más importan.
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