Vélez-Rubio y Vélez-Blanco, armonía perfecta entre naturaleza y cultura

Vélez-Rubio y Vélez-Blanco no solo llaman la atención del visitante por lo imponente de su arquitectura y la historia que encierran, sino que están considerados como algunos de los pueblos más bonitos y llenos de encanto de la provincia de Almería.

Vélez Rubio, cabecera de la comarca y cuna de culturas como la de la Edad del Hierro y del Bronce, es un municipio con un encanto peculiar. Un lugar en el que la arquitectura doméstica posee un esplendor único, con viviendas señoriales de influencia barroca y viviendas modernas con un toque muy colorido. Tal es la importancia de este modelo de arquitectura que actualmente recibe el nombre de “estilo clásico velezano”.

Además, entre sus calles se encuentra la Iglesia de la Encarnación, el máximo exponente del barroco religioso de la provincia almeriense.

A pocos kilómetros de Vélez Rubio nos encontramos con el municipio de Vélez Blanco. Un pueblo con una estructura urbana con herencia de la época árabe muy bien conservada.

Un lugar que cuenta con una importante huella histórica ya que han sido muchas las generaciones que, desde la Prehistoria, han ido moldeando sus calles pues este municipio guarda, en la Cueva de Ambrosio, claros vestigios del Paleolítico y Neolítico.

Son muchas las construcciones de interés que se pueden visitar en esta pedanía pero entre todas ellas destacamos especialmente una por ser Monumento Histórico Nacional: el Castillo de Vélez Blanco. Una fortaleza de estilo renacentista que guarda entre sus muros restos de un espectacular Patio de Honor, considerado una auténtica obra de arte elaborada con mármol blanco.

Dos municipios que aparentemente pueden parecer muy similares pero guardan, en cada uno de sus rincones, historias que les hacen únicos.