Una oferta turística para todos los gustos

A pie de calle también hay rincones que llaman la atención en Almería. Enclaves que solo se descubren paseando por el centro de la ciudad o por cualquiera de sus otros barrios.

Iglesias cargadas de historia como la de Santiago o San Pedro encierran secretos que merece la pena descubrir, así como una peculiar arquitectura.

Pero, más allá del ámbito religioso, Almería tiene espacio para la cultura. La ciudad acoge el Museo de la Guitarra Española Antonio Torres, que alberga en sus tres plantas la historia de la guitarra española. Además, cuenta con otros enclaves como el Museo Arqueológico o el de Doña Pakyta.

Junto a esto, cabe destacar la oferta musical de la ciudad, no solo con festivales que ya se han hecho un hueco en el ámbito nacional, sino con clubes o salas de conciertos que dan un toque muy característico a la noche almeriense.

Otro de los monumentos más emblemáticos de la capital es el Cable Inglés, que actualmente está siendo remodelado para darle un enfoque más turístico. Este embarcadero fue construido en el año 1904 en la playa de las Almadrabillas y es considerado una joya de la ingeniería ya que facilitó enormemente el comercio marítimo en la ciudad.

Y, finalmente, es de obligada imposición deleitarse con la gastronomía almeriense, pues sus platos más tradicionales se benefician del lujo de representar una conjunción perfecta entre el mar y la montaña. Además, son elaborados con materias primas típicas de la cocina mediterránea y que guardan la esencia de los pueblos almerienses.

Sin lugar a dudas, Almería es una ciudad idónea en la que impregnarse de diferentes épocas y culturas y que además, su eterno sol hace que siempre sea un lugar acogedor.