“Con ese legado de películas, el desierto de Almería es una tienda de golosinas”

Evaristo Martínez
00:17 • 30 ago. 2017

Héroes del motocross, experimentos secretos, el desierto almeriense y una invasión de hormigas enormes. Un cóctel explosivo, aderezado por un toque de desprejuiciado aroma ochentero, servido en vaso largo por un cineasta llegado del frío. Marko Mäkilaakso (Finlandia, 1978) quería homenajear a aquellas cintas de serie B pobladas por insectos gigantescos y acabó adaptando el videojuego It Came from the Desert en una película homónima, cuyo estreno mundial tendrá lugar el viernes 15 de septiembre en Múnich dentro del Fantasy FilmFest de Alemania, que también programará pases en Hamburgo y Stuttgart (sábado 16), Fráncfort (lunes 18), Nuremberg (sábado 23) y Colonia (sábado 30). En octubre, el largometraje podrá verse en Italia y Finlandia.



A través de correo electrónico, Mäkilaakso recuerda para Cine bajo el sol su paso por Almería en octubre de 2016.



¿Por qué decidió llevar al cine este videojuego tan popular en la década de los 80?



Todo comenzó cuando le presenté a los productores la idea. Quería hacer una película de acción y motocross ambientada en un desierto, con arañas gigantes, muy en el rollo de los 80. ¡Sí, he dicho arañas! Como aquellas películas de criaturas horribles de ocho patas. Quería llamarla It Came from the Desert, porque de crío me encantaba ese videojuego. Así que comenzamos a desarrollar el proyecto. Escribí un primer borrador que aún tenía arañas y después nuestro productor contactó con Cinemaware, la compañía que desarrolló el juego a finales de los ochenta, y les preguntó si podíamos usar el título para la película. Para nuestra sorpresa, no solo nos dieron permiso sino que querían que adaptáramos el juego. Así que comenzamos a reescribir el guion con ese enfoque. La película es una secuela de acción real a los juegos de It Came from the Desert ambientada en la actualidad. La historia es independiente, con personajes nuevos, pero nos movemos en el mismo universo que los videojuegos. Los fans lo reconocerán.



¿Cómo surge la idea de venir a Almería? ¿Barajaron otros escenarios de características similares?



Almería fue nuestra primera elección casi desde el primer momento. Pensamos rodar en Estados Unidos, África e incluso Bulgaria y Canadá pero Almería era un caballo ganador desde el principio. Visitamos el desierto años antes de comenzar a rodar y ya entonces comenzamos a diseñarlo todo basándonos en lo que habíamos visto. ¡Era la unión perfecta!



¿Dónde rodaron?



En Tabernas, Rodalquilar, Cabo de Gata, Sorbas… ¡Excelentes localizaciones! El rodaje salió muy bien. Por supuesto, cuando rodamos en las cuevas de Sorbas todo fue más lento y perdimos mucho tiempo por cuestiones técnicas y logísticas pero mereció la pena. ¡Es un lugar increíble! Cada localización encajaba perfectamente con lo que necesitábamos. Aún se me pone la piel de gallina cuando lo pienso… ¡Es simplemente asombroso! Tuvimos unos pocos días de lluvia y, por supuesto, las calurosas escenas de desierto fueron difíciles de rodar pero programamos todo bien e incorporamos los cambios de humor del tiempo como un elemento más.




¿Cómo transcurrió la filmación?

Por las mañanas siempre hacía frío y durante el día un calor de locura, así que el contraste era enorme. Me encantaba estar en el set muy, muy temprano con Kasimir Högnäs, mi ayudante de dirección, y mirar el cielo, despejado y oscuro, en silencio. Siempre estaba precioso y tranquilo… ¡y hacía un frío de cojones! Pero era algo que siempre me ayudaba a poner mi mente en orden para concentrarme en las tareas del día, y cuando el reparto y equipo técnico llegaba, ¡yo estaba listo para disfrutar! Contamos con muchísimos especialistas y había cosas difíciles y peligrosas pero afortunadamente no tuvimos que lamentar ningún accidente. Todo fue como la seda. Los especialistas españoles eran formidables así como los finlandenses, StuntFreaks, que hicieron que las escenas de motocicletas fueran fantásticas. Grandes tipos, dentro y fuera del set.


¿Conocía algo de la tradición cinematográfica de la provincia?

¡Por supuesto! Me he sentido en el cielo caminando sobre las huellas de Spielberg, Leone… ¡Era algo realmente increíble! Habrá gente que piense que el desierto es un montón de arena y rocas pero para mí era como una tienda de golosinas, con todo ese legado de películas rodadas allí. ¡Fue tan guay! No hay homenajes a ningún título en concreto pero el tono es el que puedes percibir en aquellas películas juveniles de los 80 de Spielberg y compañía. Y por supuesto, cuando ruedas en formato 2:35.1 en esas localizaciones no te puedes equivocar. ¡Es algo épico!


¿Qué ingredientes ofrecerá al espectador It Came from the Desert?

Tiene un montón de acción, humor y amor. Es como una mezcla de las películas de miedo para todos los públicos de los 80 y las de terror y ciencia ficción de los 50. Un homenaje a las películas de Roger Corman que se veían en los autocines y a las pelis de los 80 de Spielberg, Dante y la Cannon, llenas de aventura, comedia y acción. ¡100% pura diversión y entretenimiento!


En el reparto figura Mark Arnold, al que muchos recordarán como el antagonista de Michael J. Fox en Teen Wolf (De pelo en pecho). ¿Cómo llegó a la película? ¿Es un guiño a aquellos espectadores que disfrutaron del divertido cine fantástico de los 80?

Lo de Mark [Arnold] fue genial. Lo elegimos cuando se presentó a una audición en Reino Unido. En un principio, mi amigo Lloyd Kaufman [uno de los fundadores de Troma Entertainment] iba a interpretar su papel pero no conseguimos cuadrar fechas. Después se lo pedí a Joe Dante, director de Gremlins, pero pasó lo mismo, así que finalmente cogimos a Mark. Vino a España y lo pasamos genial trabajando juntos. Soy un gran fan de Teen Wolf y me divertí mucho hablando con él de esa película y de su trabajo junto a Michael J. Fox. Y sí, su presencia encaja perfectamente con el espíritu ochentero que buscábamos.


Tras la experiencia de rodar en Almería, ¿piensa repetir en el futuro?

¡Por supuesto! Me encantaría rodar allí de nuevo y espero poder hacerlo algún día. Echo de menos las localizaciones y lo que me transmitieron. Ah, y vi a Terence Hill mientras él también estaba rodando allí [La Chiamavano Maryam, su cuarto largometraje como director], ¡algo demasiado guay para ser cierto! Las películas de Terence Hill y Bud Spencer son parte de mi infancia y estar en esos mismos lugares y verle ahí de verdad... ¡Santo cielo! Los sueños pueden hacerse realidad...  



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