Una jornada para recordar que hay un futuro que garantizar

A todo el mundo le sorprendería llegar a una casa y ver cómo su inquilino está rompiendo los muebles, pintarrajeando las paredes y arrancando el parquet de cuajo. ¿Por qué destroza su hogar?, pensaríamos. Resultaría del todo absurdo. Sin embargo, algo similar es lo que el ser humano lleva a cabo día tras día en este saturado planeta que le da cobijo.

La forma de exprimir hasta la saciedad los recursos naturales, la amenaza a las pocas zonas fértiles y vírgenes que todavía quedan y el maltrato a las demás especies que coexisten con nosotros han llevado a los expertos a temer por la sostenibilidad del planeta a medio y largo plazo. O lo que es lo mismo: si gobernantes y grandes multinacionales no ponen freno a su derroche, el ser humano está abocado a la autodestrucción.

El Acuerdo de París firmado por 195 países y la Unión Europea tiene como objetivo reducir las emisiones de dióxido de carbono que están aumentando año a año la temperatura media de la tierra. Pero el escepticismo de muchos gobernantes y los intereses económicos de grandes corporaciones sigue frenando el afán sostenible de los expertos y de buena parte de la sociedad.

‘Greenwashing’

Tanto es así que muchas de estas multinacionales utilizan la sostenibilidad para lavar su imagen, aunque realmente sus esfuerzos por preservar el medio ambiente no son tales.

Esto se ha denominado ‘greenwashing’, es decir, la estrategia de saber que lo verde vende, empleándola como campaña de marketing. Así, rara es la gran empresa que no trata de convencer a la población de sus esfuerzos por luchar contra el cambio climático, aunque las cifras de muchas de ellas, siempre frías y objetivas, luego no acompañen.

Esfuerzos

Pero no todo es negativo. Una sociedad cada vez más concienciada ha significado la proliferación de asociaciones, grupos y entidades destinadas a luchar por la conservación y a proteger el entorno natural.

Del mismo modo, son muchas las instituciones que, a pequeña escala, trabajan para llevar a cabo políticas sostenibles y ayudar a las pequeñas y medianas empresas en su transición ecológica.

Y es que estos negocios también están encabezando un cambio que ya se palpa en el día a día, siendo un ejemplo contra el cambio climático.

Mucho por hacer

Apostar por el transporte público, por una red de comunicaciones eficiente, por las energías renovables o por una producción sostenible y responsable son algunos de los caminos que ya se han empezado a recorrer, pero cuyo final todavía se atisba muy lejos.

Se antoja necesario seguir apostando por estas nuevas vías, porque el planeta ha dado ya varios gritos de alarma para alertar al ser humano de que este ritmo no es sostenible a medio plazo.

Dejarle un futuro mejor a las próximas generaciones depende de las decisiones que se tomen en la actualidad, y es que siempre hay que partir de la premisa de que nadie, en su sano juicio, destruiría el hogar en el que vive todos los días. Salvo el ser humano.