“El mejor momento vivido como periodista fue la salvación del Poli Ejido en 2ª División”

Trabaja en Canal Sur Almería, y se ha recorrido toda España para narrar los partidos del Polideportivo Ejido y de la Unión Deportiva Almería. Su lucha contra el racismo

Salva Moya, periodismo, fútbol y libros. Siempre por las buenas causas.
Salva Moya, periodismo, fútbol y libros. Siempre por las buenas causas.
Alberto Cerezuela
07:00 • 26 feb. 2016

Ha pasado por Ejido Televisión, La Gaceta del Poniente, ha sido jefe de prensa del Hospital de Poniente, corresponsal de Diario Marca y Mundo Deportivo y ahora está en Canal Sur. Es Salva Moya, periodista y escritor, comprometido con el juego limpio como plasma en su último libro ‘Mordisco al racismo’, de Círculo Rojo.




¿Madrileño afincado en El Ejido o ejidense nacido en Madrid? 
Ejidense. Es cierto que he nacido en Madrid y que no renuncio a mis orígenes pero soy de aquí por los cuatro costados. 




¿Lo de ser periodista viene por vocación?
¡Qué va! Sacaba buenas notas aunque no era empollón, me dio la nota y me lancé. Yo quería ser futbolista, no se me daba mal y si no llega a ser por una lesión en la espalda creo que hubiera llegado lejos. Me siguió el Málaga y todo. Pensé que si no podía ser futbolista, tenía que ser periodista deportivo.




Después de una tesis y dos libros sobre el racismo... ¿hay racismo en España?
En España, Francia, Alemania.... España no es racista pero sí que de vez en cuando hay gestos de ese tipo en todos los lugares. Muchas veces se habla desde fuera sin conocer la situación, y me refiero a El Ejido. Un tertuliano que un día te habla del pan, otro día te dice que El Ejido es racista, y es incierto. Somos una tierra de acogimiento. 




Hace pocos días Diputación te ha premiado con el reconocimiento de “Mensajero del Juego Limpio”. A este paso vas a tener más trofeos que el Madrid de Florentino. 
Los premios me hacen viejo (ríe). Tengo varios premios, sí, y todos por mis libros y mi aportación educativa. Por eso, reconocimientos como éste me llenan de orgullo. El que diga que los premios no les hacen ilusión, se equivoca o miente.




¿Queda algún futbolista que no se haya hecho una foto con tu libro ‘Mordisco al racismo’?
Que sepas que las fotos que más ilusión me hacen son las de los lectores, pero como escritor, ver a jugadores como Negredo o Salva Sevilla con mi libro, es fantástico.




Eres más blanco...
Eso me hace mucha gracia, porque por redes sociales mucha gente me dice que se me ve el plumero, que soy del Barça. Supongo que se despistan por la portada de mi libro, pero sí, soy merengue pero no forofo. Tantos años como comentarista de fútbol me han hecho ser objetivo y crítico. Para mí el mejor jugador del mundo, con muchísima diferencia y sin comparación, es Messi. 




¿Cuál es tu mejor recuerdo de la etapa como comentarista de fútbol?
La salvación del Poli Ejido en el primer año en Segunda División. Fue un milagro y lo más bonito. Comentar aquella permanencia con el gol de Ángel Becerra ante el Racing de Santander... Lo viví en la cabina como un aficionado más, sobre todo con la espectacular remontada. No queríamos morir en la orilla y tantos desplazamientos quizá no me hicieron ver los hechos con objetividad ya que me metí a nivel personal y eso nunca lo debe hacer un periodista. Fue inolvidable.


¿Y el peor momento?
Los descensos, sobre todo el de Guadix. Me pilló muy joven y reconozco que lloré en la cabina, por todas las circunstancias que lo adornaron. La vuelta, la ausencia del presidente... Aquello fue un ir hacia atrás hasta la desaparición. Lo mismo con el Almería.


Tienes un hijo que juega al fútbol. ¿Imaginas que te sale futbolista y te saca de pobre?
No me va a salir futbolista pero mientras estudie, así está entretenido y no se fija en otras cosas. Está en el cadete del C. D. El Ejido con Óliver y con Cisco. Él se divierte jugando y me gusta que se despierten en él los valores del deporte. Y, aunque mi hija no juega al fútbol, intento que me salga un poco del Madrid.


Me gustaría terminar la entrevista con alguna anécdota. Algo inconfesable en su momento...
Te podría contar miles. Por ejemplo, yo he asistido al intento de compra de partidos. Incluso lo han intentado a través de mí aunque me negué. Eso existe. Pero quiero contarte algo positivo. Por ejemplo, una vez en un desplazamiento, me colé en una boda con el compañero Rafa Góngora. A las tres horas estábamos tan introducidos en la fiesta de los novios que no sabían si íbamos de parte del novio o de la novia. ¿Y el frío? No veas el que pasamos una vez en Ipurúa. Nos metimos todos debajo de una manta y daba igual qué medio de comunicación defendiéramos. Nadie quería ir a por las alineaciones (ríe).



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