“Echo de menos dar un paseo por la playa con el sol de diciembre”

El ejidense Alberto Fernández trabaja de enfermero en la UCI de un hospital de Londres

El ejidense Alberto Fernández, a la derecha de la fotografía, con varios de sus compañeros de trabajo.
El ejidense Alberto Fernández, a la derecha de la fotografía, con varios de sus compañeros de trabajo.
Natalia Ordieres
21:25 • 11 mar. 2016

El día clave en la vida de Alberto Fernández, joven ejidense Licenciado en Enfermería por la Universidad de Granada, fue el 21 de septiembre de 2011. Tal día, aterrizaba en Londres para iniciar una nueva vida. Tras tres años tratando de encontrar trabajo en la ciudad granadina, sobreviviendo con contratos temporales y de corta duración, Alberto decidió mandar un correo que cambiaría su vida. Fruto de la casualidad, fue seleccionado para una oferta de trabajo en Inglaterra, en concreto, en una residencia de personas mayores. El joven ejidense enfrentó a una entrevista telefónica, en la que tuvo que defenderse con su inglés básico, pero que le sirvió, ya que fue seleccionado. Así, Alberto tuvo que irse a Madrid a pasar la siguiente fase de la selección. “No fue fácil, todo era ya en inglés, y era un idioma que no dominaba a la perfección”, asegura el joven. Pero, de nuevo, demostró que el lenguaje no era una barrera, y consiguió el puesto de trabajo, pudiendo, incluso, elegir la zona del país donde quería trabajar. 




Zona 5
La elección de Alberto fue Londres, “al ser la ciudad que más conocía”, trasladándose a vivir a la zona 5, un área residencial situada a unos 25 kilómetros del centro de la ciudad. Durante el primer mes, dormía en la residencia en la que trabajaba, en una pequeña habitación al lado de la cocina. A través del centro, conoció a otros españoles que, como él, habían llegado a Londres recientemente. Y con ellos comenzó a recorrer la ciudad y, poco a poco, su inglés iba mejorando. Además, pudo contar con la compañía de su entonces novia, ahora mujer, a las dos semanas de estar en Inglaterra. “Con ella allí, todo era mucho más fácil”, recuerda Alberto. Y a los seis meses de estar en la residencia decidieron comenzar juntos una nueva aventura: buscar piso y un nuevo trabajo.




Camden Town
Alberto echó la solicitud para trabajar en un hospital público, con la suerte de que, en la primera entrevista, le dieron plaza en uno de los hospitales más prestigiosos de Londres: The National Hospital for Neurology and Neurosurgery. Así, tuvieron que trasladarse a Camden Town a vivir, donde estuvieron tres años. Allí aprendió mucho y tuvo que sacarse una especialización por una universidad londinense.




Kings Cross
En la actualidad, y desde hace ocho meses, Alberto trabaja en la UCI del centro sanitario University College London Hospital, y vive junto a su mujer en Kings Cross. “Estoy muy entusiasmado con mi nueva vida y muy agradecido de todo lo que Londres me está dando, pero echo de menos El Ejido”, asegura el joven. Allí, su día a día “varía cada semana”, y es que Alberto trabaja a turnos rotatorios. Así, saca tiempo libre para darse un paseo por lugares londinenses como Regents Canal, Angel o Candem. También queda con amigos, “la mayoría españoles”, siempre alrededor de una mesa, y se cuentan sus proyectos e ilusiones. De esta manera, el joven ejidense trata de seguir una rutina, “aunque sea difícil”, sin perder la costumbre de cocinar “esos platos de cuchara que recuerdan tanto a una madre, y que reconfortan el cuerpo y el alma”. Pero Alberto tiene tiempo también para probar distintos sabores del mundo: “Lo que más me gusta de Londres es que es multicultural, y con cada cultura va de la mano un tipo de comida. He descubierto desde la peruana, hasta la hindú, la vietnamita, la nigeriana o la etíope”.




El Ejido
“Lo que más añoro de mi tierra, es el invierno, cuando los turistas ya se han ido y regresan los del barrio de siempre”. Y es que para Alberto, no hay nada mejor que “dar un paseo por la playa con el sol de diciembre, tomarse unas tapas sentado en cualquier terraza o hacer un poco de deporte, con la brisa del mar”. Aunque este joven ejidense no cambiaría su tierra ni por todo el oro del mundo, es consciente de la crisis que sufre, entre otros, su sector laboral en este país, por lo que su vida está, de momento, en tierras londinenses.
 







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