La conciencia política revive tras 7.300 días de hipocresía

Una veintena de sentencias consideran ilegal un proyecto nacido entre aplausos

El hotel de El Algarrobico tiene los días contados
El hotel de El Algarrobico tiene los días contados
Antonio Fernández
10:54 • 18 mar. 2016

Desde que en 1986 fuera presentado el proyecto elaborado por la sociedad Río Alías SA han pasado veinte años,más de 7.300 días en los que el hotel de El Algarrobico ha estado primero bendecido y apoyado y finalmente condenado por la práctica totalidad de los grupos políticos.




En la edición de 1988 de la Feria Internacional del Turismo de Madrid (FITUR) la Junta llevó a la capital del país su propuesta de futuro con dos proyectos estelares, uno era el del Playazo de Vera, el otro el de El Algarrobico en Carboneras, un hotel de 600 plazas y centenares de viviendas turísticas en su entorno.




Dos caminos
El primero se puso en marcha y salió adelante. El segundo detuvo su marcha y habrían de pasar casi diez años hasta que se inició la tramitación de un plan urbanístico ya imposible puesto que en ese intervalo de tiempo se habían aprobado la Ley de Costas y la declaración de Parque Natural.




¿Qué habría pasado si la construcción se hubiera iniciado en el año 87 (fecha de aprobación del Plan Parcial que incluía ese proyecto?. Probablemente hoy existiría una urbanización frente a la playa de El Algarrobico con un hotel de 400 habitaciones y más de 2.000 viviendas unifamiliares construidas en los terrenos adyacentes.




Silencios
En esos más de 7.300 días se han sucedido posiciones a favor y en contra y pocos partidos políticos pueden presumir de haber estado alertas ante la situación del hotel o el cumplimiento de las normas. Como mínimo, el silencio en torno a este proyecto los convierte en cómplices de una situación que tras la sentencia del Supremo ha reventado.




La hipocresía, o el juego de los intereses políticos, ha estado presente en estos años hasta el punto de que los partidos han defendido posturas diferentes según estuvieran en la oposición, para criticar el proyecto, o en el gobierno municipal, para atender la demanda de los carboneros.




Sentenciado el macrohotel por el Supremo, la pelea se centra ahora en pedir responsabilidades a los presuntos culpables, y un plan de desarrollo para Carboneras.





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