Manuel ‘el de La Fragua’, casi un siglo de historia en Santa María del Águila

`La Fragua` tiene una estatua conmemorativa en el mismo lugar donde, en su día, estaba situada

Imagen de la estatua.
Imagen de la estatua.
Natalia Ordieres
20:58 • 23 mar. 2016

Tan sólo tenía cinco años cuando Manuel Villegas, conocido por los aldeillenses como ‘Manuel el de La Fragua’, comenzó a aprender el oficio de fragüero. Cuando España se encontraba en plena Guerra Civil, Manuel comenzó ‘dándole al fuelle’ en la fragua de dos de sus tíos, situada en Venta Tarambana, y allí se mantuvo hasta que el conflicto bélico terminó. Con diez años, Manuel dejó esa labor y pasó a trabajar en el taller, donde aprendió muy bien este oficio, que le acompañaría ya el resto de su vida laboral.




La Fragua
A mediados de la década de los 40, Manuel, que por aquel entonces rozaba la mayoría de edad, decidió abrir con un tío suyo ‘La Fragua’, así, en mayúsculas, pues era la única que había en ese momento en Santa María del Águila. Y abría sus puertas en la rotonda que da comienzo al bulevar aldeillense, en la que hoy luce una estatua conmemorativa con dos fragüeros. Tras dos años en el Servicio Militar, de 1947 a 1949, periodo en el que su hermano se encargó de La Fragua, Manuel retomó la posesión del negocio. 

La Fragua era llamada también taller de carretería, porque su función fundamental era la creación, bajo demanda previa, de carros de labranza. Así, era un lugar donde se trabajaba tanto la madera como el hierro, pues en La Fragua se hacían estos aperos en su totalidad, pieza por pieza. Y es un trabajo “muy laborioso”, como así lo define Manuel, pues “no todo el mundo lo hacía bien, necesitaba mucho conocimiento y habilidad”. Y es que “si se hacía mal, el eje podía recalentarse y el carro podía salir ardiendo, siendo un peligro para el labrador”.

Los carros, que llevaban una carga de hasta “cuatro bestias y media”, esto es, de cuatro mulos y un burro, se construían en un mes aproximadamente, y costaban entre 6.000 y 7.000 pesetas cada uno. Para su construcción se necesitaba tanto madera como hierro. Éste último se trabajaba en la fragua, la cual funcionaba con carbón mineral. “Se encendía la lumbre y se le daba aire con el fuelle, así ardía y, en ella, se ponía el hierro en su punto de fundición para poder darle la forma deseada”, explica Manuel. Una tarea en la que tenían que tener mucho cuidado, pues “era muy fácil quemarse”.




El Ejido
Este fragüero, de noventa años de edad, conserva en su memoria, a la perfección, paso a paso, la creación de un carro. Y es que fueron muchos los años de su vida los que pasó en esa fragua, en la que se jubiló. Recuerda, también, cómo era El Ejido en aquella época y reconoce que “no tiene nada que ver con cómo es ahora”. “No había coches ni edificios, las carreteras no estaban apenas asfaltadas…”, de hecho, uno de los primeros coches que entró en Santa María del Águila era de Manuel Villegas. “Vivíamos con mucha penuria y nos conformábamos con muy poco”, pero la vida fue cambiando, mejorando, y El Ejido evolucionó hasta convertirse en el municipio que es hoy.

Manuel recuerda cuando el núcleo de población aldeillense no tenía plaza ni tiendas y los alimentos, como las verduras, la carne y el pescado se vendían puerta por puerta. Luis ‘el pescadero’, carreteaba cada día una caja de pescado, caminando desde Roquetas de Mar hasta El Ejido, ayudado tan sólo con cuatro cojinetes, luego paraba a comer en La Fragua y descansar, para regresar al municipio roquetero.




Nueva generación
A su jubilación, Manuel Villegas hijo tomó las riendas de este negocio que, con los años, tuvo que renovarse. Ya no sólo fabricaba carros, arados y otros aperos de labranza, sino que amplió su mercado, comenzando a construir material para invernaderos, como puertas para almacenes o verjas para casas, entre otras muchas cosas. Y hace algo más de tres lustros que el Ayuntamiento expropió el terrero para, en el lugar donde se encontraba La Fragua, poner la rotonda que hoy conmemora este negocio con la estatua anteriormente citada.

Pero el negocio familiar no acababa ahí. La carpintería metálica, Talleres Manuel Villegas, situada muy cerca de donde estaba situada la antigua Fragua, continúa una labor que , gracias a la familia Villegas, tiene ya casi un siglo de historia en Santa María del Águila.
 








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