Josetxu, que es como firma su blog el joven escalador que estos último días ha revolucionado las redes sociales con el relato de la subida al Dedo, en el Cabo de Gata, ha decidido hablar. Bueno, más bien, escribir. Ayer se podía leer en su blog una extensa carta en la que da su versión de lo ocurrido. A continuación repruducimos íntegro el texto:
“Hola a todos!
Escribo estas líneas para intentar aclarar lo que considero un malentendido.
Para los que no me conocéis soy un amante de la naturaleza, llevo casi veinte años escalando y siempre intentando hacerlo de la manera más respetuosa posible con el entorno.
Si en algún momento hubiera pensado que ibamos a dañar El Dedo, obviamente no lo habríamos escalado. Cuando en el artículo escribo “tira media tonelada de rocas” lógicamente no fue así, ya que en ese caso yo habría acabado sepultado por ellas y El Dedo ya no estaría en su sitio, además de que no habría subido yo, ni habría dejado subir a mi compañero. No fue más que una forma de escribir que había roca inestable, me pasé con el dramatismo lo reconozco, pero fueron cuatro piedras, que nadie se asuste ni piense en “destrozos” porque no fue así.
A unos dos kilómetros de El Dedo, en pleno Parque Natural de Cabo de Gata (espacio protegido) y en una de las playas más conocidas y concurridas del Parque, la gente lleva años escalando en las paredes de roca de la Cala de El Mónsul. Cada año montones de rocas que antes estaban en la pared descansan sobre la arena de la playa tras caer, no he oído a nadie quejarse en años. Solo espero que no empiecen ahora a aparecer las quejas también por allí, apostaría a que más de uno habéis escalado en El Mónsul… y puede que hasta se os haya roto alguna piedra…
Creo que hay cosas más importantes de las que preocuparse para la conservación y mantenimiento del Parque Natural que este asunto de tirar cuatro piedras en El Dedo. Algunos ejemplos son la cantidad de basura acumulada en las playas y calas (en tierra y bajo el agua), los destrozos de plantas porque estorban, fogatas y barbacoas, coches hasta dentro, música a todo volumen… Solo espero la misma reacción ante todo esto.
Reconozco que tener publicado el artículo durante todo este tiempo ha sido un error, siendo este un lugar especialmente delicado creo que se puede dañar realmente El Dedo si mucha gente se anima a repetirlo, aunque no creí que mucha gente fuera a intentarlo.
Se pueden decir las cosas de muchas maneras, pero no creo que sea necesario faltar al respeto para argumentarlas. Sé que al escribir en un blog público me expongo a las diferentes interpretaciones de cada uno. En casi dos años nadie pensó que habíamos “destrozado” El Dedo, ahora alguien lo ha interpretado así y eso es lo que se ha difundido.
Para finalizar solo decir que mi intención nunca fue ni dañar el entorno ni ofender a nadie, siento si esto ha sido así y lamento que sea este el mensaje que haya calado”.
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