Es posible que no lo sienta, pero la tierra continúa temblando casi a diario en el Mar de Alborán. Los terremotos siguen sacudiendo Almería: se han detectado este viernes y también el sábado, tanto en Alborán, como en Alhucemas. Temblores, sacudidas: unos 2.000 terremotos desde el pasado 21 de enero.
El director de la Red Sísmica Nacional, Emilio Carreño, ha reconocido a este periódico que se está produciendo “más actividad sísmica de la normal y de mayor magnitud”. “Sigue habiendo actividad, prácticamente todos los días”, detalla Carreño. Y no todos son réplicas.
El director de la Red Sísmica Nacional sospecha que en el Mar de Alborán se están activando mutuamente “dos fallas distintas cerca de Alhucemas”. “No todo son réplicas, seguramente algunos terremotos pueden ser independientes”, señala Carreño.
Sin ir más lejos, la semana pasada los sismógrafos detectaron 12 terremotos. Todos, salvo dos, superaron los tres grados. El incremento de la actividad sísmica en el Mar de Alborán llegó el jueves 21 de enero. Cuatro días más tarde, el lunes 25 de enero, se produjo el mayor de los terremotos: uno de 6,3 grados cuyo sismograma, facilitado por el Instituto Geográfico Nacional, puede visualizarse en la imagen superior. En la inferior, el sismograma con el anteúltimo terremoto registrado este viernes 1 de abril.
Con el Ministerio de Fomento colabora actualmente personal de la facultad de Geología de la Universidad Complutense de Madrid, e investigadores de la facultad de Física de la Universidad de Granada.
Todo este movimiento sísmico detectado en el primer trimestre de 2016 en el Mar de Alborán les está ayudando en su análisis. “Estamos trabajando para afinar en los cálculos: cuando localizamos un terremoto se puede afinar en su localización”, explica Emilio Carreño. El director de la Red Sísmica Nacional descarta de momento remitir nuevas unidades móviles de seguimiento de terremotos a la provincia, como ya hiciera en 2008 y 2012.
Fallas perpendiculares
Los resultados recopilados por esas unidades móviles han permito que la Red Sísmica Nacional llegue a sorprendentes conclusiones, tal y como ha explicado Emilio Carreño a este diario. “Pudimos ver que la actividad no estaba en la falla de Carboneras, sino en otras fallas más pequeñas perpendiculares a ella. La actividad procedía de fallas perpendiculares a la de Carboneras en dirección noroeste-suroeste”, precisa.
Por otro lado, Francisco Vidal, investigador del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos, señaló a mediados de marzo que la preocupación se centra actualmente en el parecido de la situación actual con la existente en el mes de agosto de 1804, cuando se registró un gran terremoto en la zona del Poniente. Durante varios meses antes se habían repetido temblores, con réplicas y terremotos de diferente intensidad.
De momento, las alertas se han activado. Los técnicos trabajan en la prevención de los efectos que tendría un seismo de elevada intensidad. La estimación señala la posibilidad de un terremoto de magnitud 7 o 7,5, aunque el periodo de recurrencia de este tipo de episodios es de 500 o de 1000 años “lo cual hace muy difícil prever que pudiera ocurrir”. Lo único que se da por cierto es que en este tiempo se registrará un seismo de magnitud importante, pero pueden pasar aún cientos de años.
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