Los vecinos temen al verano sin una solución urgente al colapso en la A-7

 El caos de tráfico en la entrada puede agravarse con la llegada de miles de turistas en julio y agosto

Fotografía tomada desde un coche en pleno atasco en la A-7 a la altura de Roquetas.
Fotografía tomada desde un coche en pleno atasco en la A-7 a la altura de Roquetas.
Javier M. de la Horra
21:36 • 22 may. 2016

No hay como tirar de hemeroteca para confirmar que los contratiempos del presente no son sino problemas enquistados del pasado. Deficiencias que no han sido solucionadas, y que el paso de los años no ha hecho sino agravarlas. Con el verano a la vuelta de la esquina, los vecinos de Roquetas de Mar (90.000 habitantes) temen que pueda recrudecerse el actual caos de tráfico en la única entrada y salida al municipio desde la A-7.




Miras en la hemeroteca y uno no puede dejar de pensar en una versión road movie de “Atrapado en el tiempo” basada en hechos reales. Los problemas de tráfico en los accesos a Roquetas de Mar no son nuevos, pero no por ello dejan de ser noticia. Con el acceso a Aguadulce por el Cañarete temporalmente cerrado por obras, la problemática se ha intensificado en los últimos meses. Un accidente dejó dos heridos este sábado cuando un vehículo embistió a otro mientras se dirigía por el arcén a la salida colapsada de El Parador. Y no es el primer siniestro.




La proximidad del verano hace temer lo peor a los vecinos de Roquetas de Mar, cuya población supera los 150.000 habitantes con la llegada del turismo. Ya saben que la previsible apertura de la carretera del Cañarete en junio será un alivio, pero intuyen que menor. “Es cierto que se llegará mejor a Aguadulce desde Almería, pero el problema en la autovía seguirá existiendo mientras no se haga una nueva entrada a la ciudad”, opina Pedro Gutiérrez, un vecino del barrio de Las Salinas.




Los proyectos de obras que tratan de solucionar este grave problema viario son varios, tienen a tres administraciones implicadas, y alguno de ellos se remonta a 2002. Fue entonces cuando la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía y los ayuntamientos de Roquetas de Mar y Vícar firmaron un acuerdo para desarrollar el proyecto de Nuevos accesos Roquetas de mar y Vícar, en el Poniente almeriense. 




Las obras de ese proyecto, materializado en una variante, se mantienen a día de hoy. El alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat, es consciente del problema viario por el que atraviesa la ciudad desde hace años, y de que los inconvenientes puden ser mayores en verano de no llegar a tiempo una solución. “Se avecina un verano difícil, con las obras del Cañarete aún en marcha, en un municipio que duplica su población en los meses de julio y agosto”, reconoce Amat.




Salen en Vícar
Su apuesta, un nuevo enlace de entrada desde la A-7 a la altura de Las Colinas de Aguadulce. Incluye la construcción de dos nuevas rotondas, una a cada lado de la autovía, y supone una inversión de 2,2 millones de euros.  Los pagará el Ayuntamiento de Roquetas después de haber modificado en Pleno el presupuesto municipal.




Pero va contra el reloj. El verano está cerca, muy cerca, y a ciencia cierta nadie sabe si las obras habrán terminado antes de que lleguen miles de turistas buscando las playas de Aguadulce y Roquetas de Mar. Las caravanas son a día de hoy kilométricas, se han producido varios accidentes de tráfico en la propia autovía, y los habitantes temen que los inconvenientes se multipliquen en las próximas semanas.




Los atascos de entrada a la ciudad son los más gravosos, pero no los únicos. “Para salir por El Parador desde Roquetas por las mañanas también hay problemas”, explica un vecino de Aguadulce. Con el Cañarete cerrado, trabaja en Almería “y entre las 08.00 y las 09.00 los atascos son habituales, no siempre, pero sí habituales”. Por las tardes, el embudo que se genera en la entrada desde la autovía es además de molesto, peligroso. Los accidentes como el del sábado así lo confirman. No es raro que a última hora de la tarde (coincidiendo con el horario de salida de los trabajos) la caravana llegue por el arcén hasta el túnel subterráneo. La opción cada vez más popular: tomar la salida de Vícar. 



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