Reto superado. El viaje solidario en bicicleta que ha llevado a José Ramón Marín y Francis González a ir de Tíjola a Santiago de Compostela en menos de 100 horas ha cumplido con creces su finalidad. El apoyo recibido por esta iniciativa basada en vender cada kilómetro de los 1.200 que comprenden el recorrido para donarlos al Banco de Libros de Tíjola ha sido tal que incluso el viaje se ha quedado ‘corto’.
No porque hayan faltado momentos complicados: pinchazos, episodios de deshidratación, malas pasadas del GPS... sino porque la recaudación ha superado todas las expectativas. Pese a que en un principio el reto consistía en alcanzar los 1.200 euros correspondientes a los kilómetros realizados, el Banco de Libros que gestiona el tijoleño Eugenio García ha recaudado finalmente 2.600 euros. Es decir, que bien podrían dar por vendidos los kilómetros de la vuelta, ya que se ha duplicado la recaudación esperada.
Destino de la ayuda
“Hemos penado, hemos sufrido... pero la recompensa ha sido muy buena”, resume uno delos ciclistas, José Ramón, al recordar la hazaña. Todo han sido halagos y palabras de ánimo para cumplir el reto que les debía situar en Santiago de Compostela antes del pasado sábado al mediodía (salieron de Tíjola el martes pasado). Partieron vitoreados como héroes y fueron recibidos de la misma manera cuando asomaron por la Plaza del Obradoiro.
Representantes de la Asociación Colaboración y Esfuerzo (Acoes) de Galicia recibieron a los ciclistas. Acoes, la ONG con la que colabora el Banco de Libros de Tíjola y a la que va a ir a parar lo recaudado, trabaja con comunidades de Honduras facilitando el acceso a la educación de niños que por diversos motivos no han podido disfrutar de él.
Para la vuelta, los dos ciclistas aficionados a este deporte pero que por la distancia recorrida y los retos superados bien podrían dedicarse a él, se sirvieron del ‘coche escoba’ para regresar hasta su pueblo, en el Valle del Almanzora. Atrás quedaban las noches en Valdepeñas; en un pequeño pueblo de la sierra de Madrid, Zamora y, en el caso de la última pernoctación, Ourense. “Todavía sigo en una nube”, reconocía el promotor del Banco de Libros, Eugenio García, pocos minutos después de que José Ramón y Francis entraran a la plaza de Santiago sobre las once y media de la mañana. A su regreso los ciclistas no ganaban para agradecimientos: a Eugenio, a su pueblo, a su comarca...
Una vez en Tíjola tuvo lugar un segundo recibimiento a la altura, cuanto menos, del Obradoiro. “Había unas cien personas animándonos como si hubiésemos ganado el Tour de Francia”, cuenta sorprendido José Ramón. Puede estar seguro de que, para los niños que se beneficiarán de los kilómetros recorridos, esta proeza vale más que un maillot amarillo.
Recibidos como héroes
La hazaña solidaria de Francis González y José Ramón Marín ha tenido eco en numerosos medios de comunicación. Incluso en La Voz de Galicia, donde están acostumbrados a ver recorrer el Camino a todo tipo de peregrinos, escribieron sobre su aventura en favor del Banco de Libros de Tíjola destacando el “sentimiento de solidaridad” que trasciende “a las ideologías, creencias y nacionalidades”. Ahora, piensan descansar por un tiempo pero aseguran que no tardarán en plantearse un nuevo reto porque “la gente ya nos lo está pidiendo”.
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