La asociación se llama Cargusbike Holland (algo así como bicicletas cargadas desde Holanda) y está situada en un viejo almacén de la calle Gustavo Villapalos de Roquetas de Mar. No hay pérdida: unas viejas bicicletas empotradas en una llamativa pared azul y amarilla te dan las bienvenida.
La asociacion ha sido montada por dos jóvenes de la localidad, Gustavo y Manolo, y es tan original que de momento no hay nada parecido en toda la provincia: un club que importa desde Holanda bicicletas clásicas de segunda mano para introducir y fomentar el cicloturismo en Almería.
“Almería es la ciudad andaluza con más kilómetros de carril bici internos de Andalucía, y a nosotros nos gustaría traer la bicicleta holandesa clásica para que no sean solo ellos, y los belgas, los que puedan disfrutar de una buena bici”, explica Gustavo Gutiérrez, el joven que ha puesto en marcha la asociación, que cuenta ya con unos 70 socios y aspira a lograr, en unos días, “los 100 que son necesarios para su constitución definitiva”.
Modelos europeos
Las importan desde Holanda y el precio competitivo es uno de sus fuertes: “Nosostros queremos que los españoles pueden acceder a estas bicicletas, de gran calidad, a un precio de entre el 20 y el 30% del coste real de la bici”. “Se pueden adquirir, por una media de 80 euros, unas bicicletas que pueden rondar los 600”, avanza. Hablamos de marcas con solera como Raleigh, Gazelle, Batavus y Union, los cuatro pilares de bicicletas con los que trabajan. Durante la visita de este periódico, esperan la llegada de un camión cargado con 200 bicicletas. “Yo compro, sin intermediarios, a los particulares holandeses, y luego las traigo en un trailer hasta Roquetas”, detalla.
Están usadas, pero en el taller de la asociación trabajan para que queden en perfectas condiciones para circular con ellas. De hecho, el taller es el segundo de los puntos fuertes de la asociación. “El socio paga nueve euros mensuales, pero tiene derecho a una revisión semanal y a una puesta a punto gratuita de su bicicleta”, explica Gutiérrez, que ha impuesto una máxima: “Nada de material chino, todo europeo”.
El local que alberga la asociación está repleto de bicicletas clásicas. Cuelgan de las paredes, por todos lados, y en una planta inferior se encuentra el taller. Ha levantado expectación: hay gente en la puerta, personas que entran y salen, curiosos. Dos vecinos subsaharianos de Roquetas consultan sobre la posible reparación de una mountain bike, y una mujer ha llevado la pequeña bici de su hija, rosa y con ruedines, para que le ajusten un par de piezas.
En la asociación roquetera hacen “de trampolín” de venta de bicicletas clásicas europeas entre la gente; las reparan y proporcionan piezas a quienes las necesitan. En un municipio como Roquetas, donde la bicicleta como medio de transporte es habitual entre sus vecinos, el local se ha convertido en un lugar muy recurrido en pocos meses.
Rutas con bicis clásicas Hay tránsito, gente que acude curiosa ante la colorida fachada. Personas que necesitan una reparación en la bicicleta que utilizan para circular por la ciudad, y para ir a trabajar a la vega. “No tenemos mucha infraestructura, somos dos y hacemos de todo, incluso las transformamos y las pintamos”, comenta Gutiérrez, que mientras habla con el periodista atiende a un vecino que ha ido a consultar qué tiene que hacer para asociarse.
En Cargusbike Holland también organizan excursiones y rutas en bicicletas clásicas por el municipio de Roquetas de Mar. “Se trata de fomentar el cicloturismo en una provincia como Almería, en la que hace sol y se puede coger la bici más de 300 días al año”, explica uno de los asociaciados, que acaba de llegar para informarse sobre la próxima salida que llevarán a cabo en la asociación.
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