¿Qué tiene en la cabeza alguien que deja morir de hambre y sed a varios perros? ¿Qué lleva a una persona a cometer actos de crueldad extrema como los que provocaron, la semana pasada, la muerte al burro Alfarero? Ovidio ya nos advirtió hace dos mil años de que “la crueldad hacia los animales enseña la crueldad hacia los humanos”. El tiempo, sin embargo, parece que pase en vano porque en Almería son habituales, por desgracia, las noticias que informan de animales mutilados, apaleados y vejados por diversión, como reacción al aburrimiento o por simple y pura maldad.
En realidad, como advierten los psicólogos -el famoso psiquiatra Luis Rojas Marcos dice que el hombre es el único animal que es cruel por diversión-, estas torturas esconden algo más profundo: el deseo, a veces la necesidad, de sujetos psicológica y socialmente débiles de mostrarse grandes, fuertes y valientes.
“Con el Código Penal en la mano, por parte nuestra, ha tenido que ser puesto en libertad, con cargos, eso sí”, ha explicado hoy en Cadena SER Poniente el portavoz de la Policía Nacional, José Alcocer, sobre este último caso. Ocurrió el pasado 30 de junio, cuando un veterinario de El Ejido advirtió a la Policía de lo que estaba pasando. Un individuo, cuyo nombre responde a las iniciales F.A.M., de 55 años, había llevado ese día a su clínica un galgo en un estado de desnutrición tan severo que todos los intentos por salvarle la vida fueron inútiles.
En estado crítico
Cuando le atendió el veterinario, el perro estaba en estado crítico, vomitando y defecando sangre, tan débil que apenas podía sostenerse sobre sus patas. El ahora detenido alegó que el perro había enfermado y que se negaba a comer.
“Un caso así podría pasar desapercibido, pero es que esta persona era reincidente: ya lo había hecho otra vez, había llevado al mismo centro a dos animales en la misma situación”, apunta Alcocer. Efectivamente, el mismo veterinario denunció que este sujeto había dejado en la clínica, en fechas anteriores, a dos perros con idénticos síntomas, falleciendo ambos a los pocos días con claros signos de desnutrición y abandono. Nada más tener conocimiento de los hechos, la Policía inspeccionó la finca de este hombre, una pequeña parcela en el término municipal de El Ejido donde, al parecer, habría más animales que podrían estar en una situación parecida, es decir, en un estado de desnutrición severa.
Total abandono
Ante el veterinario, ni antes ni ahora, el detenido nunca justificó por qué llevaba a los perros a la clínica en ese estado. Simplemente, decía que habían dejado alimentarse. “La realidad, claro, era totalmente opuesta. No les daba de comer ni de beber”, destaca el portavoz policial. La imagen que ha difundido hoy la Policía Nacional en su cuenta de Twitter y que ilustra esta noticia da fe del estado lamentable que presentaba el galgo fallecido, un cachorro de apenas tres meses.
El detenido está acusado de un delito por maltrato animal. Las diligencias le corresponden al Juzgado número 5 de El Ejido, que debe decidir ahora si procede abrir juicio contra este individuo. Si fuera así, podría ser condenado a entre 6 y 18 meses de prisión, una pena que no le obligaría a cumplir cárcel en el caso de que no tenga antecedentes penales.
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