La historia de los pueblos se escribe a través de la gente que los habita. Hombres y mujeres que, con su trabajo, muchas veces callado y ajeno a las grandes gestas que relatan los libros, cambian el devenir de sus semejantes y hacen que la vida de los demás sea un poco más fácil. En El Ejido de hace unas cuantas décadas, cuando la ciudad que es hoy, todavía era un pueblo árido y en expansión atravesado por la Nacional 340, coincidieron tres mujeres que, a su manera y sin hacer ruido, se convirtieron en modelos a seguir para las siguientes generaciones de ejidenses.
Hoy, esas tres mujeres, Lola Callejón Baena, Rosario Martín Fornieles y Ana Callejón Giménez, ya fallecidas, han recibido a título póstumo -como recibieron también el primer ‘Premio Porcio Maura’ que el Ayuntamiento les concedió en 2014-, una calle en su honor.
Homenaje póstumo
“Ahora tenemos la oportunidad de devolver a estas vecinas parte del tiempo y trabajo que dedicaron a esta tierra”, ha afirmado el alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, que fue alumno de una de ellas, la maestra Lola Callejón. “La recuerdo como una persona vitalista y siempre sonriente”, ha dicho. Callejón, fue, por ejemplo, la impulsora de la primera Coral de El Ejido, una mujer valiente, llena de fuerza y tesón que adoraba la música, el teatro, la cultura, los viajes, el fútbol. “Hay personas que no pasan desapercibidas en la vida de un municipio y Lola era una de ellas. Sus alumnos recuerdan sus clases con añoranza y aseguran que no volverá a existir otra igual”.
Lola Callejón fue una mujer adelantada a su tiempo, como también lo fue Ana Callejón Giménez, fundadora de la Asociación de Amas de Casa Virgen del Carmen. Nacida, como sus coetáneas, en plena posguerra, Ana Callejón formó parte de esa generación que no fue mera observadora del progreso de El Ejido, sino que contribuyó activamente a favorecerlo. Sus inquietudes le llevaron a participar activamente en la banda de música, el Conservatorio o la asociación Prosalud, aunque lo que, verdaderamente, marcó su vida fue la puesta en marcha de la Asociación de Amas de Casa. Ella misma reconoció -como así ha recordado hoy el alcalde- que la labor con las amas de casa dio “sentido” a su vida.
Como una “ardua defensora de la unidad total del antiguo municipio”, ha calificado Góngora a Rosario Martín Fornieles, que siempre tuvo como referente en su vida la conexión entre El Ejido y Celín, su pueblo natal. “Mantuvo como objetivo el expreso deseo de acortar caminos, de tender puentes y de hermanar ambas comunidades, pues amaba a El Ejido como suyo y llevó un soplo de esperanza a los más necesitados ofreciendo siempre palabras de aliento”.
Las tres calles, todas peatonales, están situadas en las inmediaciones de El Corte Inglés, en la zona de expansión de El Ejido, Han sido inauguradas esta mañana en un acto pequeño y emotivo que ha reunido a la corporación municipal y a los familiares de las homenajeadas.
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