Homenaje a los eternos maestros

En una velada cargada de recuerdos y sentimientos, los vecinos de Palomares homenajearon el sábado a don Paco y doña Conchita, maestros del pueblo durante décadas.

Un acto que arrancó pasadas las 20:30 horas, donde antiguos alumnos de este querido matrimonio, que daba las clases en su propia casa, no dudaron en mostrarles su agradecimiento por la labor desempeñada durante años. Así, una de sus hijas, sus ex alumnos, el actual director del colegio y Maribel Alarcón, alcaldesa pedánea de Palomares, organizadores del acto, les dedicaron algunas palabras.

El recuerdo
La de rendirles homenaje a quienes formaron a los primeros estudiantes universitarios y de bachillerato de Palomares surgió, precisamente, de uno de sus alumnos.

Por casualidades de la vida, hace aproximadamente un año, éste encontró a través de internet una fotografía de don Paco y doña Conchita de los años sesenta. Su dueño, un soldado americano destinado en la zona tras la caída de las bombas, capturó una instantánea de ambos y años después la puso en venta. Fue entonces, una vez adquirida la foto, cuando iniciaron las ideas y preparativos para esta velada.

Así, entre palabras de agradecimiento y anécdotas que recordaron cómo enseñaban a los jóvenes en su época, juegos de antaño, o materias de estudio que impartían -entre las que había muchos oficios, como el de costura-,  se llevaron a cabo varias actividades.

Entre ellas, estuvo la inauguración de la calle ‘Don Paco y Doña Conchita’ en su honor, o la entrega de placas conmemorativas a los organizadores. Además, uno sus nietos realizó un mural con fotografías, visible en el Salón Social de Palomares hasta el 30 de septiembre, junto al Aula-museo con objetos de la época.

Actos a los que se sumó el concierto de Los piratas de Cabo de Gata, grupo en el que tocan nietos de estos dos maestros. O el documental de 30 minutos con anécdotas, fotos y testimonios sobre ellos de familiares, amigos y ex alumnos.

Una celebración que, a falta del cambio de nombre del colegio, por tiempo; los homenajeados agradecieron enormemente. Lo que demuestra que en Palomares “hay una historia más allá de las bombas”, como comentaba la edíl Alarcón.