Las buenas gentes de Carboneras van a tener nuevamente la imagen de su excelso patrón, San Antonio de Padua en el lateral del Altar Mayor del Templo Parroquial del mismo nombre, después de la magnífica restauración llevada a cabo por el artista del vecino pueblo de Garrucha, Clemente Gerez.
Un patrón que lo es desde 1918 por decreto del Obispado de Almería y al que los carboneros le tienen una gran devoción, de hecho muchos al encontrarse en el Templo Parroquial que no estaba la imagen, se han desplazado hasta el museo particular de Clemente Gerez para poder verlo.
El mismo pintor quiso contar a LA VOZ los pormenores de esta restauración, en su propio museo y en un ambiente en el que se respiraba arte por cualquier rincón y con una música relajante de fondo que hizo que el tiempo en esos momentos no tuviese ninguna relevancia, en definitiva, música, arte, conversación y silencio, en perfecta simbiosis.
Por cierto, es la segunda restauración a la que se ve sometida dicha imagen en muy pocos meses ya que en diciembre se decidió enviarla hasta la localidad murciana de Totana, restauración que no dejó satisfecho a nadie por una marcada falta de expresividad, monocolor y demás detalles artísticos que hicieron que la talla volviese a ser restaurada, en esta ocasión por unas manos de un artista internacional, las del garruchero Félix Clemente Gerez, que bien cerca lo tenían.
Para que la talla llegase hasta su estudio, el párroco de Carboneras, Manuel Pozo se lo recomendó al Obispado de Almería, argumentando que era el artista idóneo, dando el visto bueno el Delegado de Patrimonio de la Diócesis almeriense. “Clemente Gerez era la única persona de confianza que podía llevar a cabo esta extraordinaria restauración”, comentó el párroco de Carboneras.
Buen restaurador
Clemente Gerez, a pesar de no dedicarse a la restauración, ya que destaca por sus dotes como pintor, aceptó muy gustoso y altruistamente el reto, ya que es una persona creyente y avalado por otras restauraciones como la Virgen de los Dolores y Sagrado Corazón de Mojácar; Virgen del Pilar y Cristo de la Misericordia de Vera; Dolorosa, San Juan, El Calvario, San Joaquín, Virgen del Carmen, Virgen del Pilar, frescos del Altar Mayor del Templo Parroquial y de la Capilla de la patrona, de Garrucha; Virgen del Carmen de Villaricos o una imagen encontrada en una mina de Bédar, entre otros. La imagen de San Antonio de Padua era la primera vez que salía del Templo Parroquial carbonero en 70 años y en sólo unos meses se ha visto obligada a realizar varios kilómetros.
Naturalidad y paz
En el Museo Clemente Gerez se encuentra dicha imagen sobre su peana y como telón de fondo los cuatro grandiosos cuadros del artista alegóricos de las 'Cuatro estaciones de Vivaldi'. Se trata de una talla de madera de 1,20 metros de alto cuyo autor se desconoce, creyendo que es de los años 40 e inspirada en la imagen desaparecida durante la guerra civil. Del Santo Patrón, Clemente Gerez ha restaurado desde la cabeza hasta la peana dándole vida, expresión, naturalidad, con una mirada transmitiendo paz y santidad. “Mostraba una tristeza en la mirada que no corresponde a un santo que porta en sus brazos a un niño Jesús”, comentó el artista garruchero. Cuando restauró uno de los laterales de la obra, esperó el visto bueno del párroco para seguir.
La magia del pincel del artista ha obrado ese milagro de darle alma a una imagen inexpresiva. No es de extrañar ya que ha estado en manos de un pintor maestro de la luz, el color y el silencio y que como pintor ha expuesto en diversos países de otros tantos continentes.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/116106/naturalidad-paz-y-expresividad-tras-el-pincel-de-clemente-gerez