El Observatorio Astronómico de Calar Alto se enfrenta de nuevo a un horizonte dudoso sobre su continuidad a partir de 2018, momento en el que acaba el convenio existente entre España y los socios alemanes del Instituto Max-Planck de Astronomía para el mantenimiento del centro.
Sin embargo, el director del centro, Jesús Aceituno, se muestra confiado en que la capacidad técnica y científica del observatorio garantice su futuro. En su opinión, el principal punto fuerte para apostar por la supervivencia del centro es “el nivel competitivo tan alto que tenemos. Estamos en primera línea en capacidad instrumental y por la calidad de los proyectos de legado. Es más, en determinadas áreas, no tenemos competidor”.
De China a la NASA
Tanto es así, que propuestas de universidades chinas, misiones espaciales de la NASA, proyectos de la Agencia Espacial Europea o de Canadá trabajan o aspiran a trabajar en las instalaciones del observatorio situado en lo más alto de la sierra de los Filabres. Aceituno comenta con un punto de orgullo el gran interés de la comunidad científica internacional por desarrollar proyectos en Calar Alto. “Son tan buenos, que va a ser muy difícil elegir”, asegura el director.
Si su capacidad técnica y científica son la mejor garantía para su supervivencia, su punto débil es precisamente las dudas sobre su futuro. En opinión de este investigador, que ha sido nombrado director de Calar Alto el pasado mes de septiembre, tras desempeñar el puesto de vicedirector desde 2014, “lo ideal sería que la estabilidad del centro estuviera garantizada por un periodo de 15 años”, ya que los grandes proyectos necesitan saber que hay tiempo por delante para trabajar y obtener resultados. No obstante, Jesús Aceituno es optimista y cree que si se comienza a trabajar en serio desde ya, “aún estamos a tiempo”.
El director del observatorio almeriense se refiere al compromiso de la Junta y el CSIC para crear una comisión mixta que estudiará las medidas necesarias para hacer viable la continuidad del Observatorio de Calar Alto, tal y como anunció hace unos días el consejero Antonio Ramírez de Arellano. Aceituno explica que, los próximos días se reunirán para ver qué estructura organizativa se le da, si se convierte en un consorcio o se busca otra fórmula. En cualquier caso, se muestra convencido de que esta vez es la buena: “Ya no es solo una declaración de intenciones”.
Presupuesto
De hecho, el consejero ha asegurado que “el Gobierno andaluz está dispuesto a asumir parte del presupuesto y queremos, además, que Calar Alto y el Instituto de Astrofísica de Andalucía sigan participando de manera activa en los incentivos a la I+D que pondremos en marcha este otoño a través del nuevo Plan Andaluz de Investigación (Paidi 2020)”.
La comisión mixta que decidirá su futuro estará integrada por representantes de la Junta de Andalucía, del CSIC, de las universidades de Granada y de Almería.
Sobreesfuerzo de la plantilla
La primavera de 2014 puso en situación crítica al observatorio de Calar Alto. En ese momento, en plena crisis económica, el CSIC, dependiente del Ministerio de Economía, anunció un recorte en el presupuesto del centro que pasaba de los aproximadamente 4 millones de euros de 2012 y 2013 a los 1,6 para 2015. Además, se produjeron despidos y la externalización de algunos servicios.
“La crisis de 2014 fue dura la sufrimos todos, pero hemos sabido adaptarnos”, asegura el director del centro,Jesús Aceituno, quien reconoce que “la plantilla está haciendo un sobreesfuerzo para que los proyectos salgan adelante y se cumplan los compromisos”.
Aceituno destaca el hecho de que a pesar de todo “hemos obtenidos éxitos como el del proyecto Califa” y la puesta en marcha de Carmenes, el que busca vida en otros planetas.
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