El retén de Canjáyar deja al parque del Poniente sin refuerzo de personal

El vicepresidente de la Diputación provincial, Javier Aureliano García, aseguró ayer que la próxima semana el Consorcio de Bomberos del Poniente aprobará las doce nuevas plazas con las que la institución provincial se ha comprometido a dotar a este parque de bomberos, que pierde los refuerzos que se incorporaron el pasado verano tras la apertura, esta semana, de un retén en Canjáyar. Según señaló García en una entrevista en cadena SER Poniente, en cuanto se dé el visto bueno a la nueva dotación de personal, comenzará un proceso de selección que podría estar listo a comienzos del próximo verano.

Los refuerzos que ha habido en el parque de bomberos del Poniente en los últimos meses no han sido de personal, sino de incremento en el horario laboral de la plantilla: en julio de 2016, después de que los bomberos del Poniente protestaran activamente por la ampliación de su servicio hasta los pueblos de la Alpujarra, el Consorcio llegó a un acuerdo con ellos para que los 59 bomberos que integran este parque hicieran horas extraordinarias que sirvieran para atender los eventuales siniestros que pudieran producirse, a un mismo tiempo, en el Poniente y en localidades como Canjáyar, Fondón o Bayárcal. 

El acuerdo que se alcanzó entre el Consorcio y la Junta de Personal de bomberos fue que cada uno de los miembros de la plantilla realizaría  un máximo de 40 horas extra. El sumatorio es el equivalente a la incorporación de 12 nuevos bomberos en plantilla, los mismos que se ha comprometido la Diputación a aprobar de forma inmediata. De esa docena de plazas, ocho serían para bomberos y cuatro para cabos. El compromiso de la institución provincial también pasa por incorporar un nuevo camión a la flota actual en el Poniente. 

Seis meses de refuerzo

Con la apertura del retén de Canjáyar, el parque del Poniente pierde un soporte que ha durado apenas seis meses, ya que los tres bomberos que servían de refuerzo son los que ahora prestan servicio en Canjáyar, a dónde se ha enviado también uno de los vehículos de este parque, en concreto un camión de los denominados de “primera salida”, con capacidad de hasta 3.000 litros de agua. 

El pasado martes, la diputada provincial María Jesús Amate, de Izquierda Unida, denunció que tanto los medios humanos como materiales del nuevo retén de Canjáyar “se le quitan al Poniente” para “trasladarlos” al municipio alpujarreño, situado en pleno valle del Andarax. “Esto revela una total falta de planificación por parte del equipo de gobierno del PP de Amat y Aureliano García”, afirmó Amate. 

Esta circunstancia, sin embargo, no debe ser “ningún problema”, según señaló ayer García porque el parque de bomberos del Poniente tiene “el mismo personal que hace un año y que hace dos”. “La apertura del retén de Canjáyar no supone bajo ningún concepto que la comarca del Poniente se quede desabastecida. Esa fue una premisa que teníamos en la Diputación y así ha sido”, puntualizó. 

Horas extra

Según ha podido conocer este periódico de fuentes de toda solvencia, a pesar de que hay bomberos que están satisfechos por el incremento salarial que supone hacer horas extraordinarias, éstas se estarían pagando por debajo del precio de la jornada ordinaria. “A los políticos les sale más barato pagar horas extra que meter nuevos bomberos”, señalan estas mismas fuentes. Por eso temen que, a pesar de que el compromiso de la Diputación es sacar adelante la convocatoria lo antes posible para que las doce plazas estén cubiertas antes de que llegue el verano, al final los plazos terminen retrasándose. La semana que viene, ambas partes están llamadas a una reunión de la que podría salir el visto bueno al edicto que debe aprobar la institución provincial. 

Personal

Sin embargo y aunque la incorporación de más bomberos a la plantilla del Poniente vendría a aliviar la carga de trabajo que soportan, la cifra no cubre las necesidades reales. Ni siquiera, aunque se duplicase la plantilla, se llegaría a la ratio que dictan las directrices comunitarias, que sitúan el número de bomberos por habitantes en uno por cada 1.000 habitantes. En la actualidad, en el Poniente, esa proporción es de un bombero por cada 5.000 habitantes.