El párroco de la Alpujarra "no se ha adaptado" a la vida de los pueblos

Las actuaciones del párroco que da servicio a las iglesias de la Alpujarra almeriense, Miguel Teruel, siguen dando de qué hablar en los pueblos de la zona. Si en Fuente Victoria causó malestar entre muchos feligreses el cierre de la Iglesia, "hasta que no se ingresaran las colectas correspondientes a las salves del mes de agosto", según un cartel que colocó en la puerta del templo, en otros pueblos de la zona también han causado malestar otras actuaciones del sacerdote.

Además de la de Fuente Victoria, Teruel atiende las parroquias de Laujar, Bayárcal, Benecid, Alcolea, Fondón y Paterna.
Precisamente, ha sido una vecina de Paterna del Río, la que resumía la situación de forma sencilla, diciendo simplemente que, “no se ha adaptado al pueblo”. Para justificar esta afirmación, la mujer señalaba su casi nula comunicación con las hermandades existentes en la localidad, su escasa participación en las dos fiestas que se celebran al año en el pueblo, no permitir la entrada al templo a los grupos rocieros o dar la misa con gran brevedad. 

La situación, decía esta señora, ha llegado al extremo de que ha recogido la llave que tenían las mujeres que limpiaban la Iglesia. Esta vecina cree que algo tendrían que hacer, pero no sabe el qué.

En el cercano pueblo de Bayárcal, otra mujer, conocedora de la situación de Paterna decía que en ese municipio, “lo están pasando realmente mal” y que en su pueblo podían estar medianamente satisfechos porque tienen un vecino que puede oficiar la palabra de Dios, aunque no consagrar y que lo hace estupendamente, asegura.

Respecto a este delicado asunto, la alcaldesa de Laujar, Almudena Morales, no quería opinar sobre el tema, “creo que hay vecinos que están dando su opinión sobre el problema o no problema con el sacerdote pero yo no quiero entrar”. No obstante, si confirmaba la reunión mantenida en el Obispado, “hace casi un año estuvimos los cinco alcaldes de la comarca en el Obispado porque estábamos recibiendo quejar de los vecinos, pero desde el Ayuntamiento no se ha vuelto a hacer nada más al respecto”.

Mientras, en declaraciones a LA VOZ, hace unas fechas, desde el Obispado se reconocía el malestar existente entre los feligreses de las parroquias que atiende el cura Miguel Teruel, aunque defendieron su labor pastoral y su autoridad para tomar las decisiones en materia económica que afectan a sus parroquias.

Más allá de la autoridad que el Derecho Canónico le reconozca al párroco, lo cierto es que algunas de las actuaciones mantienen irritados a los vecinos, quienes, al menos en el caso de Fuente Victoria, habían comenzado a recoger firmas pidiendo el relevo del párroco. Una iniciativa que tuvo como respuesta la amenza. Así, según cuentan los vecinos, advirtió a los padres de las niñas y niños que tienen que hacer la comunión la próxima primavera con suspender la celebración del sacramento si no se frena la recogida de firmas en su contra.

Mientras, desde el Obispado insisten en que no se ha recibido ninguna queja por los conductos oficiales, aunque sí saben del descontento por canales informales. En cuanto a un posible cambio de destino para este sacerdote, al menos de momento, no se pronuncian.