Bayárcal sale al rescate de su historia con el archivo municipal

“Existe documentación de hace siglos y queremos que se conserve para las generaciones futuras, para que no se pierda la historia de nuestro pueblo”. Esta es la razón por la que, en palabras de su alcalde, Bayárcal ha decidido ponerse manos a la obra y realizar el inventario del archivo histórico municipal. Jacinto Navarro explica que hay documentos de hace dos o tres siglos, que tienen un gran valor a la hora de conocer el pasado de este municipio de la Alpujarra almeriense, el más alto de la provincia y colgado sobre el barranco de la Ragua, a los pies de Sierra Nevada.

Para poder hacer un adecuado inventario, el Ayuntamiento ha contratado a una profesional. Así, María Lago, historiadora y archivera, trabajará durante un mes en poner orden en los cientos de documentos municipales que hay. El alcalde confía que sea un plazo de tiempo suficiente, aunque reconoce que se trata de un trabajo muy laborioso porque no se sabe exactamente que se pueden encontrar. “Hemos destinado un presupuesto de 3.000 euros para hacer el inventario y calculamos que en un mes puede estar listo. La archivera está entusiasmada”.

La iniciativa y los fondos han salido del propio Consistorio, aclara Jacinto Navarro. Un dato este nada despreciable si se tiene en cuenta que se trata de un pequeño pueblo que en el año 2016 tenía unos 330 habitantes y un presupuesto que no llegaba a los 450.000 euros.

1752, fecha del primer catastro
Entre los documentos más antiguos que se guardan en el Ayuntamiento se encuentra el primer catastro realizado en el municipio, fechado en 1752 y hecho por orden del Marqués de la Ensenada, ministro del gobierno del rey Fernando VI y que, a partir de 1848 reordena y organiza con óptimos resultados la Real Hacienda, la Justicia, los sistemas municipales, la gobernación de Ultramar y la Marina.

Este documento puede que sea una de las joyas que guarda el archivo, pero seguro que no es la única. Así, por ejemplo, se conservan los libros de ‘quintas’ de distintos periodos del siglo XIX, como el que ya han recuperado que recoge los años 1840-1870.

Las suerte es que, según explica el alcalde, no se ha producido ningún incendio ni catástrofe que destruyera los viejos documentos, aunque según cuentan “después de la Guerra, se usó de calabozo y un detenido que tenía mucho frío acabó quemando algunos libros para entrar en calor”, relata Navarro.

Estanterías estilo nazarí
Cuando llegó al la Alcaldía en 2007, Joaquín Navarro se encontró los documentos pertenecientes al archivo histórico en un almacén municipal “tirados por el suelo”. En ese momento, el alcalde solo pudo recogerlos y sacarlos del almacén. “Compre unas estanterías y los guardé en ellas, pero sin organizar el material. Se trataba de que no siguieran deteriorándose”. Desde entonces, Navarro ha tenido en la cabeza la idea de recuperar la documentación. Ahora, además, va a dedicarle un espacio digno: “El archivo va a estar en el salón de plenos, con todos los documentos colocados en unas estanterías estilo nazarí pensadas para él”.