El jurado popular ha declarado culpable por unanimidad a Diego G.C. por dar muerte en mayo de 2015 de manera “intencionada y sorpresiva” con una escopeta de caza a su esposa y al jefe de ella, a quien, además, citó para asesinarle en un “sitio aislado” y a una hora intempestiva.
El veredicto señala que el procesado asesinó a su esposa, con quien tenía “desavenencias”, en el interior de la nave del cortijo aislado de Sorbas donde ella estaba cuidando a su madre enferma de Alzheimer y a un hermano con discapacidad, “sin que tuviera forma de defenderse” y que, tras dispararle primero en un hombro, le dio “un segundo disparo a bocajarro en el oído”.
El tribunal también considera probado, que Diego G.C., de 52 años y autor confeso de ambos crímenes, mató a continuación al jefe de su mujer tras mantener una “conversación tranquila” en el semillero de su propiedad en el municipio de Níjar “sin que este tuviese posibilidad de escapar” y “a sabiendas de que no podía esconderse”.
“Pese a que el primer disparo fue mortal, quiso rematarlo con un segundo disparo en la cabeza a muy corta distancia sin que haya indicios de que mediara discusión, ya que un testigo relató que sólo se oyeron dos disparos fríos en la soledad y luego la furgoneta del acusado al escapar”, ha remarcado el jurado en su veredicto.
Según el relato de los hechos, el acusado “sospechaba que la mujer tenía una relación sentimental con su jefe” y en la mañana del 3 de mayo de 2015 se dirigió, desde su casa de Campohermoso, en Níjar, en busca de su esposa. Lo hizo en su vehículo portando dos escopetas de caza de su propiedad “con el firme propósito de acabar con su vida” ya que sabía que se hallaba “aislada” en casa de su madre, ubicada en el Barranco de los Lobos, en Sorbas.
Una vez en la vivienda, donde la mujer cuidaba de su madre y de un hermano también muy enfermo, en el cortijo “ubicado en esa zona solitaria”, aprovechando que la víctima era “más vulnerable frente a sus intenciones”, Diego G.G. “efectuó dos disparos” de modo “sorpresivo” y “sin opción ninguna de defensa” contra la mujer, quien estaba “desarmada y sola”. La víctima falleció sobre las 10,45 horas debido al segundo disparo, que efectuó a corta distancia sobre una zona vital cuando yacía en el suelo tras el primero de los tiros.
El acusado, “siguiendo con su plan”, acudió con su vehículo hasta el semillero que el jefe de ella tenía en Níjar y por el que “había estado merodeando varias veces los días anteriores”. Una vez allí, según el fiscal, “intencionadamente y de modo igualmente sorpresivo”, acabó de dos disparos con el hombre, que estaba desarmado y solo.
El jurado ha estimado también acreditado que el Jueves Santo anterior al doble crimen, Diego G.C. maltrató a su esposa en el domicilio familiar ya que así lo declaró en juicio tanto el hijo menor del matrimonio, quien presenció la agresión.
17 años por la mujer, 19 por el jefe
En cuanto a la pena, el fiscal ha interesado una pena de 17 años de prisión por el asesinato, con la agravante de parentesco, de la mujer y otros 19 años de cárcel por el crimen del jefe de ella mientras que por el delito de malos tratos ha solicitado diez meses de prisión. Además, pide una orden de alejamientos de los allegados de las víctimas por un periodo de 25 años. En concepto de responsabilidad civil, ha solicitado que indemnice con 600.000 euros a sus dos hijos y a los dos hijos del fallecido.
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