Huércal-Overa

Un ‘Marc Márquez’ de seis años

Diego recorre el país acompañado de sus padres para competir en el Campeonato de España

Diego compite por toda España con el apoyo de sus padres y su familia.
Diego compite por toda España con el apoyo de sus padres y su familia.
Víctor Visiedo
01:00 • 23 jul. 2017

El pequeño Diego bebe un granizado de fresa, mientras espera con su padre, como cualquier niño de seis años. Habla de ‘Peppa Pig’ o de sus juguetes de zombies, como un niño más de su edad. Pero cuando le preguntan qué quiere ser de mayor lo tiene muy claro: piloto. Y es que Diego Soler, en eso, no es un niño como los demás.




A pesar de tener solo seis años lleva casi toda su vida subido a una moto. Con dos años, su padre, un apasionado del motociclismo, le compró su primera motocicleta con patines, y con ella aprendió a conducir, acompañando a su progenitor en sus salidas  por el campo de Vera.




Pero desde que apenas sabía andar, con un año y medio, ya demostraba que tiene un don para las dos ruedas. Con esa edad cogía una bicicleta de equilibrio (sin pedales) y se lanzaba a toda velocidad por una empinada cuesta en su barrio.




Amor por las motos
Diego Soler Rodríguez, a pesar de su corta edad, es todo un entendido de motociclismo. Sigue las carreras por la tele, e incluso este año fue a Jerez con su padre. Le gustan Jorge Lorenzo o el piloto francés Johann Zarco, aunque su ídolo es Marc Márquez. “Hace poco estuvo en Mojácar y en Vera, al lado de donde tenemos el apartamento, y no lo pude ver”, lamenta el joven piloto, aunque no pierde la esperanza de encontrárselo el próximo verano.




El amor por el motociclismo se lo ha inculcado su padre, quien ha competido en carreras de aficionados a las que Diego asistía para apoyarlo desde que era un bebé. Por ello, a pesar del esfuerzo que supone llevar al pequeño tres días a la semana a Cartagena a la Escuela de pilotos Leal Racing, lo hace con gusto. “Veo que mi hijo disfruta y yo disfruto viéndolo”, afirma Diego Soler padre. Durante los más de 150 kilómetros de viaje, Diego júnior aprovecha para estudiar, entretenerse con sus juguetes o, sobre todo -reconoce-, “para ver dibujos en la tablet”.




Actualmente el pequeño piloto participa en una categoría no competitiva, de exhibición, con niños de su edad. Sin embargo, el próximo año ya lo hará en la categoría Polini 4.2, donde tendrá que verse las caras con niños de hasta 10 años. El objetivo es participar en los campeonatos de España, de Andalucía, de Murcia y en la Copa Levante.




Su madre, Isabel, también lo acompaña por toda España en las carreras. Han estado en Murcia, Sevilla o Valencia, y la próxima cita es en Zaragoza. Incluso Carla, su hermana de solo unos meses, ha ido a verlo correr. “Siempre tienes un poco de miedo, pero hay muchas medidas de seguridad y veo que él se lo pasa muy bien en la moto”, admite la madre.




Fue el propio pequeño quien pidió que lo apuntaran a la escuela de pilotos, después de asistir a una carrera. “No es una afición barata, podemos gastar unos 15.000 euros al año, entre la escuela, los desplazamientos y los neumáticos de cada carrera”, explica su padre. Por ello, de cara al año que viene, necesitan encontrar patrocinadores para que Diego siga disfrutando sobre la moto. “Es el único piloto de Almería de tan poca edad que compite”, asegura. “Tiene un don innato, ya en su primera carrera quedó 3º, sorprendiendo a todos”.


Sin presión
Para sus padres, lo importante es que Diego se divierta. “No presionamos a nuestro hijo para que gane carreras, ni hacemos esto con la pretensión de que de mayor se convierta en un piloto profesional”, aseguran. “Lo importante es que se lo pasa bien, que existe un ambiente muy bueno de convivencia con niños de todas partes y además está adquiriendo una disciplina y unos hábitos deportivos, de alimentación y de concentración que le van a venir muy bien de cara al futuro”. El pequeño Diego tiene muy bien aprendida la lección: “primero el colegio y después las motos”.


El día de mañana, Diego podría ser piloto, como podría ser camionero, como su padre. O tal vez sea médico, profesor o periodista. Nadie puede saberlo. Pero lo que sí está claro es que sus padres, Diego e Isabel, están realizando un enorme esfuerzo, tanto económico como de dedicación, para que su pequeño se lo pase bien y disfrute haciendo lo que más le gusta: pilotar una moto. El futuro, ya se verá.



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