Huércal-Overa

Los escudos de la iglesia acaban en los salones parroquiales

La Comisión Provincial de Patrimonio no autorizó que las réplicas se instalen en la parroquia

Fachada de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, con los restos de escudos originales.
Fachada de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, con los restos de escudos originales.
Víctor Visiedo
13:52 • 12 ago. 2017

La fachada de la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación de Vera es sobria, de escasa ornamentación. Y no es de extrañar, pues fue construida “con traza de fortaleza”, por orden del rey Carlos I de España, tras la destrucción de la vieja Vera en el fatídico terremoto de noviembre de 1518.




Las portadas son simples huecos recortados sobre el muro con un arco de descarga sobre el dintel. Lo más destacado de la fachada lo constituye una moldura que recorre la parte superior y un grupo de tres escudos, del que solo queda en buen estado el dedicado al obispo Fernández de Villalán.




Estos tres escudos son emblemas heráldicos, del siglo XVI, dedicados a la Santa Sede, a la Casa de los Austrias (en honor a Carlos I, quien ordenó la construcción del templo) y del obispado. Este último, el más próximo a la torre del campanario, es el que se conserva (como se aprecia en la fotografía del templo que ilustra esta información).




A finales de 2015, el Obispado de Almería presentó un proyecto básico de ejecución de conservación de los escudos de la fachada principal. Al tratarse el templo de un Bien de Interés Cultural, la intervención necesitaba de la autorización de la Delegación de Cultura previo informe de la Comisión Provincial de Patrimonio, según establece la Ley 14/2007 del Patrimonio Histórico Andaluz, según la información facilitada por la propia Delegación.




Proyecto incompleto
El proyecto presentado por el obispado contemplaba una serie de actuaciones de limpieza y conservación de los restos originales ornamentales de la fachada y proponía, en función de los resultados de estas actuaciones, o bien “reintegrar volumétricamente” los elementos decorativos de los que quedasen restos o la realización y colocación de una “réplica esquemática” donde no los hubiera, explican los técnicos de Cultura de la Junta de Andalucía.




La Comisión Provincial de Patrimonio informó favorablemente sobre las labores de limpieza y conservación propuestas en la fachada pero no autorizó las actuaciones relativas a lo escudos porque “no estaban claramente definidas y quedaban subordinadas al resultado de la intervención de conservación”. En su informe, la Comisión instaba al promotor a presentar otro proyecto específico sobre la reproducción de los escudos para poder valorar la propuesta, “pero hasta la fecha no ha sido presentado”, aseguran en la Delegación.




Nueva ubicación
En el mes de noviembre de 2016, el obispado y el Ayuntamiento de Vera firmaron un convenio de colaboración para la recuperación de los escudos de la fachada lateral de la iglesia (que actúa como fachada principal, con entrada desde la plaza Mayor).




Ante la falta de autorización de Cultura para ubicar las réplicas de los emblemas en la iglesia, se ha optado por colocarlos sobre la fachada del edificio de los salones parroquiales, anejo a la parroquia, pero de estilo moderno.


El primero que se instaló fue el escudo en honor al emperador Carlos I (o Carlos V), a mediados de marzo. El segundo, más recientemente, es el emblema heráldico del papa Adriano VI, que fue sumo pontífice de 1522 a 1523. Ambos están ubicados en la fachada principal del edificio de los salones parroquiales, en la calle Juan Anglada, en un lateral, junto a dos balcones, en la zona más próxima al templo veratense.


Bien de Interés Cultural desde el 85
La iglesia de Vera fue construida entre 1521 y 1524 por alarifes moriscos bajo la dirección de Francisco Capilla, por orden directa del emperador Carlos V tras la destrucción de la antigua ciudad por un terremoto. En su construcción se combinaron elementos góticos con otros mudéjares.


El 27 de marzo de 1985 obtuvo la declaración de Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía.


Como anécdota, según publicaba Eusebio Garres y Segura en su libro 'Historia de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Vera', la primera partida bautismal conservada en su archivo data de 1548, de "Francisco, hijo de Francisco García y de María Sánchez; su padrino de pila Catalina Soler".



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