Después de varios meses con el contador de las precipitaciones prácticamente a cero parece que esta última semana del mes de agosto se despedirá con lluvias, más bien tormentas, que puede afectar a la mayor parte de la provincia, aunque con mayor probabilidad en las comarcas del interior.
La causa de este cambio brusco en la meteorología es una DANA (depresión aislada en niveles altos) que se ha aproximado a la península desde las costas portuguesas. Aunque su presencia no es sinónimo de lluvia fuertes, el aire moderadamente frío que lleva asociado, la entrada de vientos de origen marítimo sobre Andalucía Oriental y la alta temperatura del agua del mar por estas fechas, entre otros factores, pueden formar un conjunto que sí puede dar lugar a una fuerte inestabilidad.
Más en el interior
Aunque este fin de semana ya se han podido apreciar los primeros efectos, no será hasta el lunes y sobre todo el martes cuando la inestabilidad será más importante y se podrían producir chubascos en el interior de la provincia que podrían ser tormentosos y llevar granizo en las zonas de las sierras más importantes.
Las lluvias, por lo general de carácter tormentoso, pueden llegar a ser importantes en algunos puntos de la provincia, más frecuentes y de mayor intensidad en el interior que en las zonas costeras en las que, no obstante, no se puede descartar que se registren chubascos o tormentas de cierta consideración. Los analistas almerienses del clima, asociados en la organización Cazatormentas, señalan que no parece probable que se vaya a registrar una situación extrema ya que las lluvias serán por lo general bastante dispersas, lo que descarta que se produzca una situación de lluvias intensas generalizadas ni prolongadas.
En cualquier caso aplican el condicional en las predicciones ya que en el momento actual del año es complicado predecir el camino que seguirá la citada DANA, que incluso podría virar en dirección a Canarias y ni siquiera descargar en Almería.
Seguimiento
Eduardo Romay, estudioso de los fenómenos meteorológicos en la provincia, habla de precaución ante los pronósticos puesto que “una variación de apenas cien kilómetros en el recorrido de la depresión atlántica puede hacer que en un lugar determinado caigan cien litros por metro cuadrado a cero, por lo que es importante hacer un seguimiento de este fenómeno en los próximos días”. En cualquier caso para la provincia se abre lo que se podría denominar una “esperanza de agua” que serviría para dar un alivio a las resecas tierras y acumular algo de agua a los depauperados acuíferos.
Recordar que la disponibilidad de agua en la provincia de Almería es muy baja y que los trasvases que deberían aprobarse en el próximo mes de septiembre están en serias dudas puesto que ni el Negratín ni los de Entrepeñas y Buendía, en la zona del trasvase del Tajo-Segura tienen acumulada agua suficiente como para poder permitir desembalses con destino a Almería.
El mito de la lluvia en los toros
En Almería existe una especie de mito popular que indica que “siempre llueve algún día durante la feria”. Sin embargo los datos estadísticos desmienten tal afirmación ya que han sido muy pocos los años en los que las precipitaciones han llegado en esos días. Las excepciones a esa realidad se produjeron en el año 1949 y en 1952, cuando cayeron fuertes trombas de agua sobre la ciudad. Y con especial incidencia en el desarrollo de los festejos el día 28 de agosto de 1987, cuando en el aeropuerto se midieron sólo 3,6 litros por metro cuadrado, pero en la capital descargó una potente tormenta que anegó las calles y que obligó a la suspensión de la corrida de toros, algo que fue la primera y última vez que ha pasado en más de un siglo de historia del coso de la Avenida Vílchez. La tónica general, pues, es de tiempo soleado y caluroso, ausencia prácticamente total de precipitaciones.
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