Palomares llega a la Audiencia Nacional

En Palomares los acuerdos están para no cumplirlos: en 1966 cayeron cuatro bombas termonucleares norteamericanas y se acordó entre el Gobierno de Franco y el de Lyndon Jhonson una limpieza y restauración de la zona y no se cumplió, puesto que solo repatriaron una parte d ela tierra contaminada en barriles y dejaron enterrados ocho kilos de plutonio contamianante; en 2010 se acordó llevar a cabo un plan de actuación por el Consejo de Seguridad Nuclear para llevarse 50.000 metros cúbicos de tierra contaminada y proceder a un enterramiento temporal, que tampoco se llevó a efecto; en octubre de 2015, el secretario de Estado americano Jhon Kerry, tocando una guitarra española, firmó una declaración de intenciones con el ministro de José Manuel García-Margallo para la limpieza de Palomares y su traslado al Desierto de Nevada y tampoco ha habido noticias de ese papel ya más que mojado.

Ante esta desidia con el problema eterno de Palomares, una de las más palpables injusticias cometidas contra un pequeño pueblo, el colectivo Ecologistas en Acción ha presentado esta semana una demanda contra el Consejo de Setguridad Nuclear “por permitir un cementerio nuclear ilegal en Palomares, que ni siquiera figura como tal en el registro de áreas contaminadas”.

Ecologistas pide a la Sala séptima de los Contencioso Administrativo del alto tribunal, en este procedimiento, que exija al Consejo de Seguridad Nuclear que ordene al Ciemat el almacenamiento inmediato de todas las tierras contaminadas que albergan en el subsuelo ocho kilos de plutonio contaminante, susceptible de convertirse en americio.

Ecologistas en Acción considera que mientras EEUU se decide a llevarse la tierra contaminada, la justicia española deberá obligas a las autoridades españolas a descomtaminar la zona y almacenar de forma temporarl los residuos.

Aseguran que desde fuentes diplomáticas españolas se admite que el problema de Palomares con EEUU se encuentra en un punto muerto con la Administración Trump.