La Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Segura, y el Sindicato Central de Regantes del Trasvase Tajo-Segura, con el que trabajan comunidades de regantes del Levante almeriense, , se reunieron ayer y pintaron un escenario dramático en cuanto a la disponibilidad de agua.
Como a lo largo de la historia de la humanidad, los regantes vuelven a mirar al cielo en busca de esas nubes salvadoras que no acaban de descargar. En la reunión de ayer la conclusión principal es que los regantes “vamos a depender de lo que llueva”.
Ahorro
Sin agua del Tajo y, en el caso de Almería, tampoco del Negratín, las organizaciones de regantes han apelado al ahorro como la única forma de garantizar que los recursos puedan llegar a la primavera. Unos recortes que no llegarán a las poblaciones para las que se garantiza el suministro.
Sobre la mesa una propuesta del presidente de la Confederación, Miguel Ángel Ródenas, que contempla un ahorro en los regadíos del 39 por ciento para aquellos que sean anteriores al año 1933, y del 49 por ciento para los posteriores a esa fecha.
SCRATS
Lucas Jiménez, que la pasada semana acudía a la concentración de regantes realizada junto a la desaladora de Villaricos, y que comparte con la Federación de Regantes de Almería las demandas al Gobierno, mostraba su preocupación porque “estamos hablando de esfuerzo en ahorro para asegurar el abastecimiento humano y eso es algo muy serio”.
Lamenta que se tenga que recurrir al ahorro forzoso en los consumos destinados a los riegos de los cultivos, pero considera que a la vista de la actual situación de las reservas, “se van a tener que realizar a la fuerza porque simplemente no hay agua”.
Lluvias
Con los pantanos en niveles que no permiten nuevos trasvases, la llegada de las lluvias otoñales se ha convertido casi en la única esperanza de los agricultores. Jiménez no se muestra en exceso optimista, sobre todo después de acumularse ya tres años de sequía en las zonas agrícolas del levante peninsular, lo que le lleva a advertir que en poco tiempo “puede ser inevitable recurrir a la reducción de las superficies de regadío si no llega más agua”.
La ministra
En el cada vez más dramático debate sobre el agua y el futuro de la agricultura en el litoral del sureste español terciaba ayer la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, que se apuntaba a la tesis del mayor ahorro posible en los consumos , y advertía que, en cualquier caso, el abastecimiento a la población es una prioridad.
García Tejerina lanzaba su mensaje de que es necesario seguir invirtiendo en infraestructuras hidráulicas en un escenario de sequía como el que se vive en provincias como Almería, Murcia o Alicante, pero reconociendo que no se van a poder solucionar todos los problemas. “El objetivo ahora -dijo- sería dejar perfectamente planificadas las infraestructuras que en España deberían ser irrenunciables”.
Su mensaje final coincide con el expresado ayer por los regantes en la reunión de Murcia, es decir “ahorrar hasta la última gota de agua, porque cada gota cuenta y la necesitaremos en los próximos meses ”. La ministra confía, eso sí, en que noviembre y diciembre sean meses más húmedos, según apuntan las previsiones meteorológicas.
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