Las altas temperaturas que persisten en Almería a pesar de estar ya en otoño, y la ausencia de precipitaciones más allá de las caídas este sábado o el pasado día 18 de octubre en la provincia, harán que la temporada micológica se retrase en torno a un mes y que la recolecta de setas se merme con respecto al periodo de 2016. Un año que ya fue calificado como “muy malo” por los expertos al haberse recogido una media de 30 kilos de hongos por hectárea, cuando “la previsión media de un año normal es de 50 o 60 kilos”.
En este sentido, el presidente de la asociación micológica ‘Micovélez’, Alejandro Navarro, ha explicado recientemente que las perspectivas para este año son “poco halagüeñas” y plantean recolectas de unos “15 o 20 kilos por hectárea”, de modo que “el que quiera setas va a tener que andar mucho y meterse en zonas de humedad”, aseguraba.
Las causas del retraso
El principal motivo de esta situación que afecta a la temporada micológica obedece a la falta de precipitaciones, a la que acompañan las altas temperaturas que se están registrando en plena época otoñal.
Y es que incluso las intensas lluvias que se registraron hace unas semanas (o las de este pasado sábado), y que en algunos puntos de la provincia se extendieron de forma intermitente durante dos días, han estado seguidas de un repunte de los termómetros. Remonte que ha provocado que los 30 litros por metro cuadrado de media recibidos en octubre se hayan “evaporado” rápidamente.
Esto ha influido en los cotos de aprovechamiento micológico y en los espacios tradicionales de recolección de setas donde, aún así, sí se han identificado algunas variedades como las setas de álamo, aunque otras variedades casi han desaparecido. “A los níscalos ni se les ha visto, y este año, ni se les espera”, comentaba Navarro; quien, pese a todo, ha destacado que Almería es una provincia donde este tipo de hongo llega de manera “tardía”.
Asimismo, las perspectivas más optimistas llevan a pensar que, además de las especies de crecimiento rápido detectadas hasta ahora como champiñones o entolomas, más adelante aparecerán variedades ligadas al frío. Espectativas que confían en que la temporada remonte en torno al 20 de noviembre, según vayan evolucionando las temperaturas en la provincia.
Jornadas micológicas
A la espera de que las condiciones mejoren, las asociaciones y ayuntamientos que tradicionalmente organizan jornadas micológicas en los montes de sus municipios han optado por retrasar estas citas. Un ejemplo de ello sería el caso de Sierro, donde se prevén para los días 18 y 19 de noviembre. O del municipio de Abla, donde sus célebres jornadas se aplazarán, en principio, hasta el día 24.
“El año pasado en Bayárcal no se celebraron, pero este año se han arriesgado y van a celebrarse”, asegura Eduardo Gallego Arjona, profesor del departamento de Biología e investigador de la Universidad de Almería. Experto que acude a estos encuentros donde se celebran charlas previas a las excursiones para los aficionados y quien ha reconocido que las perspectivas de un “otoño caliente” con “pocas lluvias” es un problema que “agobia a muchos ayuntamientos” que organizan estas actividades de gran aceptación.
Ni setas, ni sanciones
En cualquier caso, la situación esperada para este año no es nueva para los aficionados a la micología, colectivo que el pasado año ya se enfrentó a una temporada “horrorosa”, según Gallego. Así, aunque desde la Delegación Territorial de Medio Ambiente, como Administración encargada de vigilar por que se cumplan las buenas prácticas en la recolección de setas, no manejan datos sobre las cantidades recogidas en 2016; sí han apuntado que “las especiales condiciones meteorológicas” del año pasado hicieron que la presencia de hongos en los montes fuera “muy escasa”, por lo que “apenas hubo recolección”.
En este sentido, como muestra de la caída de la recolección, la Junta ha indicado que desde Medio Ambiente se realizó un servicio de información y control de las recolecciones de setas “sin que existieran sanciones” ni se identificaran “prácticas perjudiciales para este aprovechamiento”. A diferencia de en 2015, cuando se llegaron a abrir 45 expedientes sancionadores, entre las denuncias impuestas por los agentes de Medio Ambiente y el Seprona, fundamentalmente por la existencia de grupos “perfectamente organizados, en montes públicos a primeras horas de la mañana, para una recolección masiva y sin seguir las normas de colecta”.
Subida de precios
Como consecuencia de esta escasez de hongos, los precios se han disparado en el mercado regular, donde actualmente un kilo de níscalos ronda los 25 euros. Unos precios que están en consonancia con los que se manejaron en 2016.
Tal es así, que el tradicional arroz que se degusta en las jornadas micológicas de Abla tuvo que cambiar el pasado año sus níscalos por shiitake; una variedad de seta china más económica.
Con cabeza
Ante este mal comienzo de temporada, los expertos recomiendan también que, pese a la falta de setas, los recolectores se ciñan a tomar únicamente las especies conocidas y a no comer aquellas de las que no se sabe con seguridad si son venenosas. “En caso de duda, lo mejor es dejarlas en su sitio, porque tienen un papel en el ecosistema”, indican al de recordar que en la provincia también existen variedades potencialmente mortales en caso de ser ingeridas.
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