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Miguel A. Alonso: "En el salón de las conspiraciones del palacio se decidía todo lo que debía pasar"

Con la única ambición de recuperar la historia del Almanzora y la provincia ,ha sacado del olvido pasajes como la proclamación de la República Independiente de Albox

El historiador local Miguel Ángel Alonso posa en el Palacio del Almanzora, uno de sus objetos de estudio.
El historiador local Miguel Ángel Alonso posa en el Palacio del Almanzora, uno de sus objetos de estudio.
Guillermo Mirón
14:48 • 11 nov. 2017

Miguel Ángel Alonso Mellado (Almanzora, Cantoria, 1973) se ha comprometido hasta tal punto con la recuperación de la historia que ya se ha convertido en parte de ella. Sus descubrimientos sobre tradiciones, el Palacio del Almanzora y otros hechos se han convertido en imprescindibles para conocer nuestro pasado. Sigue investigando incansable y se muestra crítico con la pasividad institucional para con el patrimonio.




Si le parece comenzamos por el final. Su última gran obra en torno a los exploradores o ‘Scouts’ de Albox. Recuperó nada menos que medio siglo de historia olvidada. ¿Cómo ha sido la creación del libro?
Me ha llevado dos años de trabajo. Había una historia latente por descubrir. Alguna gente mayor hablaba de que antiguamente había un grupo que se llamaba los Exploradores pero con poca información. He tratado de desenterrar toda esa información, esas historias que se escuchaban antes... Y construir un relato sobre los Exploradores de Albox. Se ha recuperado un patrimonio fotográfico de más de 300 fotografías anteriores a la Guerra Civil y la importancia de los Exploradores en Albox. Su jefe, Luis Rodríguez, fue una de las personas más importantes del escultismo nacional. Albox no son solo mercados y arrieros, Albox es ‘scout’.




Anteriormente, entre sus últimos descubrimientos, también figura el documental Tierra de Fuego, que refleja cómo era la provincia de Almería en la década de los 60.
Es un documental que localicé en la filmoteca nacional en 2013. Un diplomático albojense que nació en Estados Unidos, que vive en Venezuela y que trabajó en la ONU, me habló en uno de sus viajes a Albox de que en los años 70, estando en el Ministerio de Información y Turismo, le hicieron un pase de una película y él identificó la rambla de Albox y se quedó atónito, aunque también sale La Chanca, Sorbas, Mojácar, la uva del Andarax.... Pregunté en la filmoteca nacional y me dijeron que no tenían nada porque el título era 'Tierra de fuego'. Luego, este hombre me dijo algo parecido al título y ya apareció, presentándolo recientemente en Almería.




Uno de los episodios descubiertos más sorprendentes fue el de la proclamación de la República Independiente de Albox.
Ese descubrimiento tuvo lugar cuando me di de alta en la biblioteca británica para buscar cosas referentes a Almería. En uno de los periódicos de entonces, el ‘Manchester Courier’ había una noticia en la que aparecía Albox con un titular como 'Hecho divertido en España'. Relataba que en 1891 los conservadores perdieron unas elecciones que creían ganadas y uno de sus antiguos concejales, Andrés Pío, con el Partido Liberal, ganó. No asumieron la derrota y se levantaron en armas, tomando el Ayuntamiento y disparando por las calles, declarando la República Federal de Albox. Duró 48 horas. Desde Almería mandaron a la Guardia Civil y los detuvieron.




¿Cómo nació tu pasión que ha desembocado en el descubrimiento y recuperación de estas historias?
 Se inició con la creación de la Asociación de Amigos del Palacio del Almanzora en 2007. Ahí empecé a investigar la historia de ese edificio, de los marqueses de Almanzora... Ese Salón de las Conspiraciones en el que el marqués, con las personas más importantes del almanzora decidía todo lo relevante que debía suceder en nuestra tierra. En ese salón se decidió que el ferrocarril, que iba a pasar por Los Vélez, pasase por Almanzora y que no pase por Albox sino por la puerta de su palacio.




Hablando del palacio; has sido parte activa en la lucha por su recuperación. ¿Está destinado a convertirse en otro episodio histórico, aunque teñido de negro por su desaparición?
Es un enfermo terminal. El objetivo primordial que asumimos es que no se caiga. Es básicamente el éxito de su supervivencia a corto y medio plazo. Ya vendrán tiempos mejores y se podrá recuperar. En estos últimos días se habla de solicitar el 1,5% Cultural al Ministerio de Fomento y estamos a expensas de ver como termina. 




No solo has plasmado historias en libros y has recuperado documentales. Otra parte importante de tu trabajo han sido las exposiciones.
Durante dos años consecutivos organicé con el Área de Cultura de Diputación y el fallecido Juan Torreblanca una serie de exposiciones. Una era ‘El ferrocarril del Almanzora. Una colección de fotografías antiguas con las viejas locomotoras, planos, imágenes antiguas de la minería en Serón... El año siguiente tuvimos 'El último tren' al cumplirse 30 años del cierre. Localicé una colección de fotos que hizo un directivo de Renfe en 1984. Un reportaje de las distintas estaciones.




¿Se han perdido o se están perdidos otros inmuebles comparables al Palacio del Almanzora?
El patrimonio se está perdiendo aceleradamente. Las casas señoriales de pueblos se vienen abajo o se tiran para vivienda nueva. Los yacimientos arqueológicos descubiertos por Siret a finales del siglo XIX nadie los ha protegido, están siendo expoliados. Y tenemos una riqueza patrimonial con las torres vigía que es de lo mejor del levante español. En el Almanzora tenemos numerosas torres vigía abandonadas. Sería interesante recuperarlas. El patrimonio merece la pena defenderlo pero no es de los aspectos más importantes para los ayuntamientos ni para la población.


Si tuviera que quedarse con sólo un pasaje o anécdota de todas las descubiertas. ¿Cuál sería?
Sería la historia de Juan Pardo Liria. Su sobrina me contó la historia de cuando este ‘scout’, con 9 años, salió a jugar con su hermano y sufrió un accidente. No dijo nada. Empezó a enfermar y se lo llevaron a Granda, donde lo desahuciaron porque tenía cangrenada la pierna, falleciendo en el viaje de vuelta. Lo vistieron de explorador en el entierro y su padre, después de la guerra, encargó a un imaginero de Barcelona una imagen de San Juan con la cara de niño, para lo que le envió una fotografía. Esa imagen la donó a la parroquia de La Loma de Albox y procesiona con el Paso Colorao.



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