Justo a pie de playa, en la de Los Bajos de Aguadulce, hay un taray centenario de grandes dimensiones, que por su porte y extraña ubicación (casi metido en el mar), está incluido en el catálogo de árboles singulares de Andalucía. De las ramas de este testigo mudo del antiguo bosque que poblaba el litoral cuelgan decenas de mensajes, en forma de corazones y guirnaldas, que expresan el deseo de salvar la Ribera de la Algaida y, por extensión, las Salinas de Roquetas de Mar.
Aprovechando la fiesta de las Moragas, la plataforma creada para defender este espacio de la amenaza del desarrollo urbanístico, convocó a miembros y simpatizantes para ‘adornar’ el árbol con materiales biodegradable y guirnaldas con alimento para las aves.
Corazones verdes y palomas de papel sirven de soporte para mensajes como ‘Salvemos las Salinas’; ‘No destruyas lo que me pertenece por y para siempre’; ‘Amor por la Algaida’ o ‘Por una Algaida sin corruptos , sin motos y con amor’, entre otros muchos.
Distintos colectivos se han hecho eco de esta original iniciativa y uno de ellos, la Asociación de Vecinos La Paz de Aguadulce, hace quizás el mejor resumen de lo que estos pequeños adornos significan: “El taray de los Bajos, un lugar mágico y emblemático para los amantes de La Algaida, ayer -por el pasado día 29- guardó los deseos de muchas personas que quieren que La Algaida se respete y se cuide”. Este es el texto que acompaña las fotos del día en su perfil de una conocida red social.
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