"Si tengo la oportunidad le preguntaré al ministro por los juzgados de paz"

Decir que José Miras Carrasco (Albox, 1931) será homenajeado hoy es prácticamente lo mismo que no decir nada. Son tantas las facetas y las responsabilidades de las que se ha ocupado (y preocupado, más allá del recurrente juego de palabras) en sus 86 años de vida que, sin entrar en detalle, es imposible para el lector o para quienes lo conocen adivinar el motivo. Podrían ser cientos.

El de hoy no será ni mucho menos el primer homenaje que reciba. Bien podría deberse a que Miras Carrasco fue el primer alcalde de Albox en la democracia moderna con UCS y diputado provincial siendo impulsor del Instituto de Estudios Almerienses (IEA) o juez de paz de su localidad durante casi dos décadas. Es precisamente, por esta última ocupación por la que, hoy jueves, el ministro de Justicia del Gobierno de España, Rafael Catalá, le impondrá la Medalla de Bronce del Mérito a la Justicia de la Orden de San Raimundo de Peñafort.

Incansable
Miras Carrasco no se da tregua. Sigue la actualidad al segundo y siempre le acompaña su espíritu inconformista. Como muestra, un botón. Con motivo del acto de hoy, afirma sin titubear que, “si tengo la oportunidad”, le preguntará al ministro durante su encuentro por la progresiva pérdida de competencias de los juzgados de paz. Una inquietud que resume la forma de ser de la persona que hoy recibirá un merecido reconocimiento y que no sólo ha contribuido para con la sociedad desde sus cargos públicos.

Partícipe de cientos de actos culturales, es también un escritor incansable con artículos en revistas y periódicos donde comparte su visión de la actualidad política que también plasma en su activo perfil en redes sociales, con fotografías mientras cocina unas migas u ocupándose de otros menesteres. El caso es no parar. 

Pionero en política
Preguntado por cuál de sus ocupaciones le ha aportado más, reconoce que “fue un gran honor ser el primer alcalde de la Democracia pero lo pasé muy mal”. Aquellos tiempos no eran los más indicados para dedicarse en cuerpo y alma a la cosa pública. “Los primeros tres años tuve que compartir la dirección del colegio con el Ayuntamiento y la Diputación. Tenía que pagar un sustituto de mi bolsillo cuando iba a Almería. Fueron los años heroicos de la Democracia”, entiende. A los tres años pudieron liberarse y, al ser preguntados por la cuantía que querían ingresar “saqué mi nómina de maestro y dije que no quería ganar ni perder dinero” y lamenta "que aquello se haya roto; no se por qué cuando una persona tiene un sueldo y llega a un cargo público, lo triplica”. 

Finalmente, tras confesar que “lo de la política era alucinante”, contesta. “Lo que me gustaba era la Diputación porque fue una etapa muy fructífera. Se creó el Instituto de Estudios Almerienses, la hemeroteca, representé a la Diputación en el Colegio Universitario...”. El tono cambia cuando habla de la actualidad del país. Testigo del avance de la democracia en España, ve la situación actual “muy mal”. Pero como buen gestor prosigue inmediatamente y saca a relucir dos medidas que, a su parecer, habrían mejorado la calidad democrática del país. “Hubo deficiencias en la Constitución en dos puntos clave. Uno es el de las listas abiertas y el otro es la limitación de mandato a dos legislaturas en cualquier cargo. Habría permitido una renovación constante, la juventud se habría incorporado y la gente no se habría anquilosado en los sillones”, expone. 

Reconocimiento
Sobre el reconocimiento que hoy recogerá asevera que “no lo esperaba” pero que de alguna manera “han valorado” el tiempo que estuvo al frente del Juzgado de Paz de Albox. 

Nada menos que 16 años (desde 1995 hasta 2101). Cree que “las cargas que son cargos no debe prolongarse” pero ha llegado a la conclusión de que le animaban a seguir “porque así alcaldes de un signo y otro me tenían apartado sin volver a la política”. 

Juez de Paz  
Sobre el Juzgado de Paz guarda anécdotas para otras diez entrevistas. Como mínimo. Fue clave en la resolución de un asesinato gracias a que era un buen confidente de la víctima y conocía detalles que sólo él sabía y relata cómo se ocupaba de otras cuestiones que tampoco eran de su competencia, como las lindes.

“El Juzgado venía con toda la parafernalia de peritos, abogados... y no lo conseguía resolver. Entonces el juez decano me lo encomendaba y lo resolvía”. Tanto resolvía que llegó a alcanzar el 75% de avenencias. "No se lo creía nadie”.
Impide que la entrevista finalice sin subrayar la pérdida de competencias de los juzgados de paz, sobre todo en grandes municipios como “Níjar o Cuevas del Almanzora” y cómo esto va a “saturar” los juzgados. Así es la persona a la que el ministro impondrá la medalla. Elija usted el porqué del reconocimiento. Cualquier opción que escoja hara justo este galardón.