Hace más de un siglo y medio que Pedro ‘El Morato’ salió de la calle Almería de Vera a recorrer el mundo, a ganarse la vida vendiendo verduras y frutas, con su guitarra a cuestas, y sin embargo, allí nunca se le ha olvidado. La memoria popular ha conservado durante todos estos años la figura de un trovador que escribió su nombre en la historia del flamenco, pero del que poca historia se ha escrito. Poco se sabe con exactitud de su vida, pero su legado permanece por méritos propios.
Por ello, ahora se ha inmortalizado su imagen en aquella calle que era antiguo camino a Almería, donde ‘El Morato’ aprendió sus primeros compases rodeado del arte gitano que siempre la ha poblado (no obstante se desconoce si Pedro ‘El Morato’ era gitano o payo). El sábado, el Ayuntamiento de Vera descubrió un mural de azulejos en la zona conocida como Las Cuatro Esquinas, donde se rinde tributo a Pedro María Alonso Morata.
“Pedro era trovero y era cantaor, y aunque hay muchas lagunas sobre su biografía, está claro que tuvo que ser un fenómeno, porque nadie perdura durante tanto tiempo en la memoria colectiva sin serlo”, sentencia el historiador Antonio Sevillano, presente en el homenaje. ‘El Morato’ fue uno de los grandes impulsores de los cantes por tarantas. El cronista lo sitúa como “una de las cuatro figuras míticas del flamenco almeriense, junto a ‘El Ciego de la Playa’, Pepe ‘El Marmolista’ y ‘El Cabogatero’”.
Los trovos y cantes de ‘El Morato’ trascendieron porque los grandes cantaores los incluyeron en su repertorio, como Antonio Chacón, ‘La Niña de los Peines’ y Pepe Sorroche, tal y como explica Lola de Quero, presidenta de la peña almeriense que lleva el nombre de este ilustre de Vera.
Homenaje
Cientos de personas -gitanos, payos, veratenses y foráneos- asistieron el sábado al homenaje que el Consistorio rindió a ‘El Morato’. El alcalde de Vera, Félix López, destacó la importancia de “darle el valor que se merecen a los veratenses ilustres”. Por ello, en el estreno del mural estuvieron presentes Lola de Quero, presidenta de la Peña El Morato; Pedro López, alcalde de La Unión, el ya citado Antonio Sevillano; el cantaor Antonio ‘El Niño de las Cuevas’ y toda la comisión del V Centenario del Terremoto de Bayra, organizadora del evento.
Allí, en la calle Almería donde Pedro ‘El Morato’ recitara sus primeros versos, volvieron a sonar sus letras en la prodigiosa voz de ‘El Niño de las Cuevas’. A capela, el cantaor arrancó los “olés” de los presentes al interpretar eso de “Me llaman Pedro El Morato y soy natural de Vera, con mi guitarra en la mano, señores que venga tela, ¡venga tela de verano!”. Una letrilla que aparece en el mural de azulejos, junto a una fotografía del cantaor con una escopeta en la mano y una mula y algunos datos biográficos.
Tras destapar el mural, todos los presentes disfrutaron de la actuación de ‘El Niño de las Cuevas’ en los salones sociales, donde ya con la guitarra en la mano, interpretó algunas de las letras que hizo famosas Pedro ‘El Morato’. Después, hubo tiempo para la charla distendida y para disfrutar de un ágape.
Desde ahora, Pedro ‘El Morato’ estará para siempre en su pueblo, en su calle Almería, esa de la que un día salió para alcanzar la inmortalidad que ofrece el reconocimiento de ser un grande del flamenco.
Bebé abandonado y muerte violenta
De la vida de Pedro ‘El Morato’ no se sabe mucho. Hasta hace poco ni se conocía su nombre real, Pedro María Alonso Morata. Fue abandonado recién nacido en la calle Almería de Vera en 1841, y fue acogido por Antonio Alonso y Ana Mª Morata (de la que cogería su apodo). Muy joven se fue a trabajar como verdulero ambulante a Utrillas (Teruel) y La Unión (Murcia), siendo uno de los iniciadores del Cante de las Minas. Se cree que unos arrieros lo mataron en 1915.
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