Acto vandálico contra la balaustrada de mármol del Malecón de Garrucha

La balaustrada de mármol blanco de Macael del Paseo del Malecón de Garrucha, uno de los símbolos del municipio, ha sufrido esta mañana un acto vandálico catalogado como "atentado" por el Ayuntamiento.

Varios de los balaustres de la icónica baranda fueron destrozados, afectando a un tramo de menos de cuatro metros. Según los testimonios de los vecinos en las redes sociales los hechos debieron ocurrir pasadas las 8:00 de la mañana, ya que varias personas aseguraron que antes de esa hora no había ningún daño en el lugar.

Las reacciones no han tardado en llegar, con muestras de indignación y la petición de más vigilancia para acabar con los actos vandálicos que suceden con relativa frecuenta, desgraciadamente.

Rápido arreglo
El Ayuntamiento de Garrucha ha reaccionado inmediatamente ante el atentado a su patrimonio, y en apenas unas horas ha reparado la balaustrada. Pocos minutos después de las seis de la tarde la balaustrada ya lucía como siempre, aunque aún con la protección de varias vallas y una cinta de seguridad.

Cabe recordar que el Consistorio garruchero constituyó en julio del pasado año una comisión para estudiar la posible petición de declaración de la baranda de mármol como Bien de Interés Cultural. Esta comisión nació tras la aprobación por unanimidad de una moción presentada por el Grupo Independiente por Garrucha para dar protección a este símbolo de la localidad, motivada por la destrucción de un tramo de unos 2 metros por parte de un chiringuito que instaló una escalera para acceder a su local desde el paseo marítimo.

El equipo de gobierno, entonces, en palabras de la alcaldesa María López, manifestó su compromiso “desde el primer día para que el Malecón se mantenga lo mejor posible, realizando continuos arreglos”.

La baranda de unos 1.500 metros de longitud, construida en mármol blanco de Macael ubicada en el Paseo del Malecón, es “santo, seña e imagen del municipio desde su colocación hace más de 30 años”, según explica la justificación para su posible protección como BIC. Algo que no es sencillo de conseguir, ya que entre los requisitos están la antigüedad o el interés, arqueológico, paleontológico y artístico del bien.