El Levante celebra hoy su Día de la Vieja

Cada año, en mitad de la cuaresma, la comarca del Levante sale al campo para celebrar su tradicional Día de la Vieja. Es una fiesta tan antigua que nadie conoce su origen, y sobre su significado existen diferentes teorías, ninguna confirmada. Lo que sí está claro es que se trata de un día muy esperado por los más pequeños, que abandonan el colegio por una jornada para entrar en contacto con la naturaleza y divertirse ‘partiendo’ la vieja para extraerle los caramelos y sorpresas que esconde en su interior. 

Desde Pulpí a Carboneras, en todos los rincones de la comarca levantina se celebra esta tradición, en cada municipio con sus peculiaridades. El Día de la Vieja es una de las señas de identidad de la zona, un elemento cultural diferencial. Una jornada en la que los colegios se quedan vacíos, las tiendas reducen su jornada laboral y los campos se llenan de familias y amigos, con las cestas y neveras llenas de comida y bebida y una vieja de cañas y papel de seda como acompañante.

Romper la vieja
La costumbre manda ir al campo a comer productos típicos como habas, tortillas de patatas, bizcochos y postres caseros, y el hornazo, una especie de pan dulce alargado, con una trenza que encierra un huevo duro, y que elaboran muchas panaderías exclusivamente para este día. Los niños, lanzan piedras, golpean o queman la vieja para extraer los caramelos que se esconden en el interior de su cabeza, y a veces en otras partes. Es lo que se llama ‘romper la vieja’.

En cada pueblo existen lugares tradicionales para ir a celebrar este día: Sierra Cabrera, en Turre; Cabezo María, en Antas; el pantano o el bosque de Palomares, en Cuevas;  el merendero del Cabezo de la Pelea o la ermita de la Virgen de las Huertas en Vera; o La Jara en Garrucha, por citar unos ejemplos. En todos ellos se oirá hoy la canción de “la vieja remolona de marzo o abril, que dentro de un momento vamos a partir”.

El origen de la celebración es incierto. Existen diversas teorías, aunque la mayoría coinciden en señalar su origen pagano, como una fiesta de la primavera, que por lo benigno del tiempo se adelantaría unas semanas respecto a otros lugares. Según estos estudios, se celebra el cambio de año estacional, del frío al calor, y por ello se “parte la vieja”, un muñeco realizado con cañas, trapos y papel de seda. La vieja simbolizaría lo antiguo, el año que queda atrás y que se rompe para dar paso a un tiempo nuevo.