Tres pescaítos se han quedado esperando a que llegara Gabriel a la casa de su abuela Carmen en Las Hortichuelas Bajas. Uno es de color rojo; otro, naranja y un tercero, verde.
Tres pescaítos que aún estaban a las cinco de la tarde de ayer domingo en la valla que separa la casa de Carmen del camino que conduce hasta el domicilio de la tía Rosita donde el pequeño tenía que haber estado jugando con sus primos la tarde del pasado 27 de febrero.
En los tres pescaítos estaba escrito con letra, casi seguro de niño, el mismo mensaje :“Grita que te oigan Gabriel”. ¿Cuánto tuvo que gritar en su día Gabriel …?
Empieza a caer la tarde en esta barriada nijareña y ya han pasado tres horas desde que en todos los informativos de radio y televisión y en las ediciones digitales de los periódicos se haya dado la noticia del hallazgo del cadáver del pescaíto Gabriel y la detención de la pareja de su padre, que esa misma tarde del 27 estaba en casa de la abuela Carmen.
Amigos y familiares de Carmen Sicilia recorren en silencio los cien metros que separan las viviendas de Carmen y Rosita. Solo se interrumpe el silencio para pedirnos a los periodistas que no hagamos fotos y que respetemos el dolor que reina en el día más triste que se recuerda en la historia de Las Hortichuelas Bajas.
De casa de la abuela paterna del pequeño sale una de las portavoces, Rocío Muñoz. Entre lágrimas nos insiste en que abandonemos la zona. A punto están de llegar psicólogos de Cruz Roja. A estos profesionales, procedentes de la zona cero (Puesto de Mando Avanzado) en Las Negras, les espera una larga tarde.
Otros compañeros del dispositivo, por ejemplo algunas unidades del grupo de emergencias 112 Andalucía, ya han abandonado el Puesto, el PMA, y se dirigen hacia la capital.
El reloj no había marcado aún las tres de la tarde cuando el abatimiento no puede ser disimulado en decenas de rostros. Guardias civiles, agentes de Policía Local y Guardia Civil, bomberos, ... A todos ellos les hubiera gustado un final feliz, es decir, que el pescaíto nadara de nuevo entre las aguas de Las Negras con amigos como Martín o Unai. No ha podido ser.
El Puesto de Mando Avanzado ha sido durante 12 días - la búsqueda ha durado 13 - el centro de operativos del dispositivo para localizar a Gabriel. Allí han pasado muchas horas la alcaldesa de Níjar, Esperanza Pérez y la delegada del Gobierno de la Junta, Gracia Fernández. Las dos no disimulan las lágrimas cuando los periodistas se acercan para tener las primeras reacciones al hallazgo del cadáver.
Han sido de las primeras en dar el pésame a los familiares. “No esperábamos que este desenlace fuera tan lamentable”, afirma la regidora nijareña. Junto a ella, la delegada: “Es un día horrible que no se va a poder olvidar”.
No son las únicas autoridades presentes en las instalaciones de la Biblioteca de Las Negras, el cuartel general de la zona cero. Alrededor de las cuatro y media de la tarde salen del Puesto el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, y el subdelegado en Almería, Andrés García Lorca. No quieren hablar. Ya lo había hecho antes el ministro, Juan Ignacio Zoido.
A pocos metros de ellos, voluntarios de Protección Civil de Murcia y Alicante como Antonio y Óscar se abrazan desconsolados. “Ha sido un palo muy duro”. Y tanto. Nadie se esperaba que Gabriel estuviera muerto desde hace unos días. ¿Cuántos?
Mientras tanto, la tía Rosita, Rosa García, y prima de su abuela Carmen, junto a su marido, sigue recibiendo el pésame de sus vecinos y otros familiares de Gabriel.
“Lo hemos escuchado en Canal Sur y hemos salido corriendo a casa de mi prima. Cuando hemos llegado, ... ya no estaba. Es una pena. El niño estaba siempre en nuestra casa junto con mis nietos”, afirma este vecina de Las Hortichuelas Bajas que pide que los medios de comunicación vuelvan a ese pequeño núcleo de población, “pero no por estas cosas”.
Cerca de las seis de la tarde, Rosa García, aún con la foto del pequeño a la entrada de su vivienda, no ha probado bocado alguno. “Estamos muy tristes ...”
Otros vecinos, que piden a los periodistas guardar el anonimato, confiesan que no eran ajenos a los rumores que situaban a Ana Julia Quezada en el centro de la investigación. “Desde que la camiseta apareció ... Yo tengo un familiar policía y nos dijo que por la mañana en una batida no estaba la camiseta y por la tarde sí estaba”.
Sigue cayendo la tarde en Las Hortichuelas Bajas. Comienzan a prepararse los directos para las cadenas de TV nacionales y los rumores con detalles sobre la vida de la pareja de Ángel Cruz, el padre de Gabriel, son incesantes.
A punto de anochecer, el viento sigue soplando, meciendo como si en una cuna a los tres pescaítos que esperaban a Gabriel en casa “de la abu”.
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