El lijo evita el deterioro de las playas

Los temporales de levante causan estragos en las playas de Cuevas del Almanzora y la comarca. Cada verano hay que realizar aportes de arena para paliar las consecuencias del duro invierno: la degradación de las playas, que pueden llegar a perder varios metros. Sin embargo, el Ayuntamiento cuevano lleva años llevando a cabo una solución natural y que frena la pérdida de playas: usar las algas como barrera.

Sedimentos de lijo

Hace unos días el gerente provincial de la Agencia de Medio Ambiente y Agua, José Luis Caparrós, en su visita al municipio elogiaba el tratamiento de las algas que lleva a cabo el Ayuntamiento. Sobre la innovadora gestión del lijo, Caparrós explicó que la labor fundamental de estas algas es “proteger a las playas con respecto a la erosión, si se retira en los temporales de invierno se pierde arena, por lo que lo que están haciendo en distintos municipios, también en Cuevas, es retirarlo en época estival, acopiarlo cerca de la playa y luego volver a colocarlo en su sitio”.

Por otro lado, y en esa línea, se recalcó la sensibilización de la población sobre el ‘lijo’ o posidonia oceánica como indicador de la alta calidad ambiental de la playa que presenta este tipo de alga en su orilla.

El alcalde de Cuevas, Antonio Fernández Liria, ha explicado a LA VOZ que esta medida se lleva haciendo desde hace ya unos años en las playas de Villaricos, donde predomina la posidonia, y que ofrece unos resultados muy positivos. Operarios municipales recogen en verano las algas que se sedimentan en la orilla mediante maquinaria y la depositan en un lado apartado de la playa. Luego, cuando acaba la temporada de baño, ese mismo lijo se vuelve a depositar en la orilla protegiendo la arena ante los temporales.

“Estuvimos hace poco en una localidad murciana para ver otro tipo de maquinaria que utilizan ellos, más específica, para estudiar la posibilidad de incorporarla”, reconoce el regidor.

Este verano, las playas de Cuevas del Almanzora lucirán su mejor aspecto, en parte, gracias a la buena gestión medioambiental del invierno.