Semana de pies descalzos

“La mirada responde a la pregunta. Sí, es una promesa. ¿Y? Silencio. Une los párpados”

Pies descalzos en una procesión y en una playa, dos imágenes típicas de la Semana Santa.
Pies descalzos en una procesión y en una playa, dos imágenes típicas de la Semana Santa. La Voz
Ricardo Alba
20:12 • 31 mar. 2018

La luna ha dado su luz blanca de color blanco de luna a las procesiones de la provincia de Almería. Ayer se hizo llena. De cuando en cuando, las nubes ocultaron la luminosidad de quien no ha faltado nunca a la cita de la Semana Santa. En muchos pueblos se han sacado una vez más las sillas a la calle, plantadas en las aceras, para ver de cerca a su Virgen, a su Cristo. En las puertas de las Iglesias se han agolpado centenares, miles de fieles, para ver la salida de las imágenes veneradas. Después, se han unido al cortejo en los solemnes desfiles. Silencio respetuoso con el contrapunto de los sones del repertorio musical de las Bandas de Música.  Mujeres con mantilla y peineta acompañaron con recogimiento y fervor el desfile procesional.



Los costaleros descansan los tronos sobre sus hombros. ¡A ver ese paso bonito, con pellizquito! Vírgenes y Nazarenos son llevados con la fuerza de la devoción, de la fe. ¡¡Esos pies, despacito, la Virgen no pesa!!, así, ¡¡vamos, muy bien!! El capataz espolea a los portadores. El redoble de tambores marca un andar pausado, los pies de los costaleros abrillantan el asfalto. Algún penitente camina descalzo. Será una promesa. El desfile se detiene. Ojos penetrantes y pies lastimados, nada más. No sé más de este sacrificado nazareno. La mirada responde a la pregunta. Sí, es una promesa. ¿Y? Silencio. Une los párpados. Así ha sido el diálogo tan breve, tan inmenso. Miro sus pies con las plantas ya ennegrecidas por el tramo recorrido de la estación de penitencia e imagino cuántas cáscaras de pipas habrán pisado, cuántos tropiezos habrán dado. Cómo será su dolor, como será el favor pedido para pagar así la deuda contraída



Los mismos días, a más tempranas horas, otros pies descalzos dejan su pisada en las playas, en las sierras, en el huerto. Es la semana de las paellas, ¿qué son unas fiestas sin paella de por medio? Es el culto del ocio, el pregón del reposo, la estación primera de vacaciones. Y así es el anverso y reverso de los mismos días a los que cada cuál y cada uno da su sentido. Semana Santa, semana de grandezas y penas: los creyentes sufren con la Pasión de Cristo; los ateos veneran a su Virgen, la única y verdadera; los arrepentidos expían sus culpas; los penitentes cumplen sus promesas; los indiferentes se descalzan para pisar la arena, para ‘cristianarse’ al sol y remojar los pies en el Mediterráneo. El bullicio, el otro bullicio para entendernos, se acoda o se asienta en las barras y mesas de bares, restaurantes, chiringuitos. 



Hoy, toda Almería se convertirá en júbilo con el Resucitado. Hoy, toda Almería regresará a su cadencia habitual. El Nazareno y la Virgen en su Casa. Cofradías y Hermandades han cumplido un año más. Algunas comienzan hoy mismo a preparar la Semana Santa de 2019. Miles de turistas emprenderán el retorno a sus destinos de origen. Las televisiones contarán lo que ya sabemos: circulación lenta en tal carretera con paradas intermitentes...









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