No son habituales en la costa almeriense, pero su fama les precede y su sola presencia provoca verdadero temor: son las carabelas portuguesas. Aunque es cierto que no se ven mucho, en los últimos días han aparecido varios ejemplares en las playas del Cabo de Gata, en la costa de Níjar. Así, a finales de marzo, se pudieron ver en el entorno de las playas del Barronal, Cala Carbón y Mónsul, lugar donde han vuelto a ser fotografiadas en los últimos días.
La ‘Physalia physalis’ no es una medusa, de ahí que le llame también falsa medusa, si no que es un organismo colonial, integrado por varios hidroides (organismos marinos afines entre sí) que desempeñan diversas funciones dentro del conjunto.
Veneno
La carabela portuguesa será una falsa medusa, pero lo que se sí es auténtico es su potente veneno que provoca una fuerte y dolorosa urticaria con el simple roce de unos de sus tentáculos, lo cuales pueden medir 30 metros, e incluso, alcanzar los 50 metros de largo. Aunque los expertos no consideran que el veneno sea mortal, si puede afectar a niños pequeños y personas alérgicas, llegando a causar episodios graves e, incluso, paro cardíaco y la muerte.
Además, hay que tener en cuenta que, que incluso cuando permanezcan inertes a la orilla de la playa, cualquier contacto con sus tentáculos puede resultar peligroso.
En caso de picadura, lo mejor es acudir a un centro médico para recibir atención especializada. No obstante, en un primer momento, podemos retirar los restos de tentáculos que puedan quedar sobre la piel, una operación que nunca debe efectuarse directamente con las manos.
Seguidamente, se deberá aplicar agua salada sobre la zona afectada, nunca agua dulce, ya que la reacción puede provocar más dolor. Después, es importante no exponer la zona de piel afectada al sol y, por supuesto, evitar rascarse.
Fuerte viento
Este curioso organismo abunda en regiones tropicales y subtropicales del océano Pacífico, del Índico y parte del Atlántico y no es habitual encontrarlo en el Mediterráneo. Sin embargo, según apuntan los expertos, la aparición en las costas almerienses se puede deber a los fuertes vientos de poniente de las últimas semanas.
Precisamente, la carabela portuguesa es una magnífica navegante, ya que la bolsa azulada, que conforma la parte superior de su cuerpo, sobresale unos quince centímetros de la superficie, y puede llegar a medir unos 30 centímetros de longitud, convirtiéndose en una magnífica vela. Tanto es así, que al inflarse, la carabela puede alcanzar una velocidad de desplazamiento de casi 22 metros por segundo (cerca de 80 kilómetros hora).
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