Sinceramente, no sé cómo comenzar. Lo razonable, me diría usted, sería hacerlo por el principio. Pasa que hay muchos inicios y muchos principios de auténtica enjundia. Esto va, iba, de turismo, del estado del turismo en España, Andalucía, Almería. En algún momento, la conversación con la periodista más experta, o mejor decir, una de entre las más experimentadas especialistas en turismo y viajes, abandonó la cómoda autopista de peaje. Saltó a la autovía, de ahí a la carretera nacional, a la provincial, a la local, y así, en un tirabuzón resuelto, finalizamos la charla en Almería desde su Galicia natal.
Esta mujer de ojos claros, vivos, inteligentes; mente lúcida, enunciados sencillos, directos, se llama Esther Eiros, que es como decir la radio viajera. A uno no le queda más remedio que escuchar, casi calladito en un rincón, una palabra enhebrada a otra y otra y otra. Lástima que aquí no haya suficiente espacio porque cada una de ellas y todas reunidas proyectan sus reflexiones acerca de la sustancia de la vida, que ésta si es un gran viaje, y, en consecuencia, de su experiencia vital.
Esther Eiros comienza en la radio hace 48 años, firmó su primera nómina en el año 1970. Antes trabajó en plan prácticas, que entonces se llamaba ‘ganas de trabajar’, naturalmente sin cobrar un duro. Salió a Europa, a París concretamente, en un momento que España estaba encorsetada, regresó cuando el periodo de la Transición española. No es fan de la política, pero sí del primer presidente de la democracia: Adolfo Suarez. Ella, Esther, cree que los españoles aún estamos en deuda con el artífice de aquel trasvase de las dos Españas en paz. Lo conoció cuando Suarez estaba ya muy cansado de que le fallara mucha gente, los suyos los primeros, unido a los infortunios familiares de salud.
En este punto, el rumbo de la charla toma dirección el mundo: conoce los cinco continentes, si bien le ilusiona que aún queda mucho por conocer, de nuestro propio país sin ir más lejos.
Esther Eiros, gallega de cuna, siempre creyó que tras las montañas galaicas había otro mundo. Luchó familiarmente por quedarse en Madrid, una gran ciudad a la que entonces le faltaba la vida cultural que tenía Barcelona, ahora convertida en otra cosa, y menos interesante que cuando ella la conoció. En un volapié del circo del Sol, Esther Eiros engarza Barcelona y Almería cuando dice que ambas ciudades viven de espalda al mar. Almería le recuerda a aquella Barcelona de antes de las Olimpiadas.
El descubrimiento de Almería le llegó a Esther gracias a que muchos almerienses trabajaban en Medios de Comunicación, entre ellos Encarna Sánchez, con la que no coincidió demasiado tiempo porque Encarna regresó de Méjico cuando Esther Eiros vivía en París. Y aquí, releyendo lo de más arriba, caigo en la cuenta de ir de un lado a otro. ¿A qué puede ser debido, me pregunto? Concluyo que esta es una de mis menores tribulaciones al escuchar a Esther que conoció Almería al oírle a su padre cantar bulerías. Su padre, que fue a la guerra de muy joven, con la quinta llamada del biberón, le cogió el fin de la contienda civil en Almería y aquí se quiso quedar a resguardo de los parrales hasta que su madre, la abuela de Esther, le dijo que nones, que para el Ferrol.
Antonio Jiménez Bonilla, compañero de Esther en Radio Nacional, le apuntó que tenía que conocer Almería y, claro, ¿quién no se enamora del Cabo de Gata, de cualquier rincón almeriense, de una provincia que luego fue, es, la huerta de Europa? Ella tampoco se resistió al embrujo almeriense. De un modo u otro, con su programa Gente Viajera o a título particular, es visitante asidua y gran conocedora de las tierras almerienses: Níjar, Vera, Garrucha, Almería, Roquetas de Mar, y así de seguido.
Cree Esther Eiros tener una asignatura pendiente con Andalucía y, si puede, antes de dejar los micrófonos, quiere trabajar desde Andalucía para el resto de España.
Ella considera que lo importante de los destinos son las personas, pero también los territorios y Andalucía ha tenido que cargar con el sambenito de que aquí no se trabaja. Sin embargo, como entendida en la materia, afirma que en Andalucía se ha trabajado muchísimo en el turismo, si no Andalucía no estaría en el lugar que está. Ha traspasado fronteras con su patrimonio, su gastronomía, su flamenco, su Semana Santa.
Periodista especializada en Turismo, su programa Gente Viajera lleva 25 años en Antena, Esther Eiros es una persona de principios sólidos, comprometida socialmente, ahí están sus editoriales que lo corroboran, con los mayores, con la inmigración, con la gente que pasa hambre, con la desigualdad de oportunidades. En el mantel queda la memoria histórica, García Lorca, los políticos que, si no quieren dar nada por los demás. que se dediquen a otra profesión donde no se les exija un poco de humanidad y, sobre todo, de decencia.
Creo que en los anales de la historia pequeña quedará, por una vez, que Google Maps se rindió, dejó de dar indicaciones, de compartir ubicación, de señalar el tráfico, la climatología, la configuración de búsqueda. Por un corto espacio de tiempo el planeta se deconstruyó, según terminología Adriá, se eliminaron fronteras artificiales, se condensó en el camino de la palabra. Así, me apropio de las palabras que una colega le dijo a Esther: “me ha gustado mucho hablar con una periodista del norte enamorada del sur”.
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