La escollera de La Habana protegerá a las fincas del mar

Las obras de la nueva escollera de Adra que abarca desde La Azucarera hasta la muralla del Río marchan a buen ritmo. El alcalde abderitano, Manuel Cortés, ha visitado el lugar para supervisar la evolución de los trabajos de construcción y refuerzo que vendrán a proteger la zona y, más especialmente, a los invernaderos del avance del mar.

Y es que tras varios meses de trabajo, la intervención en la Playa de La Habana ya está prácticamente concluida y cuenta con una inversión superior al millón de euros por parte del Ministerio de Medio Ambiente, tras la petición de urgencia realizada por el Ayuntamiento.

Por ello, el primer edil ha manifestado su “satisfacción” por el resultado de las obras que suponen “un antes y un después a toda la zona” ya que permitirán “proteger de la regresión esta franja de nuestra costa y, a su vez, dar respuesta a las demandas de decenas de familias de agricultores que veían peligrar su futuro por la pérdida de cosechas a causa de los fuertes temporales”.

Esta actuación se ha llevado a cabo ante la petición al Gobierno de España, por parte del Consistorio abderitano, de una medida urgente y adecuada que garantizara la protección de toda esta parte del litoral.

A buen ritmo

Tras elevar la petición desde el Ayuntamiento, las obras “comenzaron de forma rápida y hoy ya podemos disfrutar del resultado, con los trabajos prácticamente concluidos. Podemos estar muy contentos porque es un compromiso cumplido. De hecho, los propios vecinos nos han trasladado su alegría por esta actuación que esperamos sea definitiva”, asegura el regidor.

Desde el primer momento, Manuel Cortés ha seguido de cerca el desarrollo de estos trabajos que el Consistorio ha  conseguido en tiempo récord.  La actuación ha sido calificada como obra de emergencia por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Dirección General de Sostenibilidad en la Costa y el Mar tras los temporales que azotaron el litoral abderitano este año causando graves daños a instalaciones agrícolas y empresas de la zona.

Unas obras que marchan a buen ritmo y que pronto habrán finalizado para alivio de los agricultores de la zona que ya no tendrán que temer más por sus explotaciones ante el avance del mar.