La historia de la tortuga boba ‘Kika’ ya es famosa. Y es que no tiene precedentes. Una y otra vez parece cansarse de nadar por el mar y vuelve a tierra (o a un puerto). El pasado domingo lo volvió a hacer y ya es la cuarta vez que abandona su hogar natural: el mar.
Esta vez apareció en el puerto de Almería. Unos pescadores de la embarcación ‘Joven Antonio’ estaban realizando trabajos en el barco, cuando uno de ellos vio en el agua a la tortuga, que se acercó y se dejó incluso acariciar. “No nos lo creíamos, la cogimos y la sacamos y llamamos a Equinac”, explica uno de ellos.
No es nada habitual ese comportamiento en una tortuga boba, ya que su reacción natural sería huir del hombre. Sin embargo ‘Kika’ parece habituada a la compañía humana. “Hay que dejar claro que no es que nos busque, no es un animal doméstico, pero se ha acostumbrado a conseguir comida fácil en los puertos y eso es peligroso para ella”, explica Eva Morón de Equinac.
Ahora descansa en las instalaciones de Equinac en Almerimar, en una de sus piscinas. Se le ha realizado un chequeo y tan solo se le han apreciado un par de golpes en el caparazón, “seguro que por choque con las embarcaciones del puerto”, afirman. Tiene una buena condición física, y aseguran que “se ha estado alimentando sin problemas”. No obstante, quieren realizarle más pruebas para intentar dar con las causas de su comportamiento.
Prueba genética
La intención ahora es realizarle a ‘Kika’ una prueba de genética para saber si es un ejemplar americano o mediterráneo. “Si fuese americano intentaríamos llevarla a Canarias, para evitarle tener que cruzar el Estrecho de Gibraltar en busca del Atlántico, ya que es muy peligroso para ella”, explica Morón.
‘Kika’, la tortuga que siempre vuelve
La historia de ‘Kika’ es inusual. Siempre vuelve a la costa. La primera vez fue en julio de 2017, cuando fue liberada 15 millas mar adentro, en el Seco de los Olivos, un espacio marino altamente protegido, con corrientes marinas para ayudarla a poner rumbo a aguas ricas en alimentación. No obstante, dos días después la tortuga volvió a aparecer en Almerimar. La segunda vez, Kika apareció en la costa de Níjar, a pesar haber sido introducida varias millas mar adentro. El pasado 25 de junio la Guardia Civil la liberó de nuevo cerca de San José y días después fue vista en el puerto de Almerimar. Ahora, de nuevo ha vuelto, esta vez en Almería.
Lo que tienen claro es que, cuando la vuelvan a liberar en el mar, la tortuga irá equipada con un transmisor para conocer sus movimientos y tener más información sobre su comportamiento. Con ‘Benjamín’, la tortuga con una aleta rota que liberaron este verano, la experiencia está siendo muy buena. Han podido comprobar que nada por aguas de Rota.
En el caso de ‘Kika’, quieren que su transmisor sea más completo y que envíe información no solo de su posición, sino también de la velocidad y profundidad. No obstante, necesitan más de 2.000 euros para comprar el transmisor. Por su parte, la Universidad Politécnica de Valencia ya se ha comprometido a costear la cuota del satélite.
“Está claro que ‘Kika’ es un animal inusual, por eso queremos aprovechar su historia para que la gente conozca más a las tortugas bobas”, asegura la coordinadora de Equinac. Lo que está claro es que, poco a poco, esta Caretta caretta está haciendo historia con su inusual gusto por volver a la costa una y otra vez, como si huyera del mar.
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